Oriente medio : una eterna encrucijada - page 94

Gilberto Aranda y Luis Palma
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El movimiento de Oficiales Libres, cuyo líder natural fue el coronel Gamal
Abdel Nasser, nació como una organización secreta hacia 1942 enmarcada
por dos acontecimientos: la intervención británica para imponer al rey
Faruk, un gobierno contrario al Eje dirigido por el Wafd, y los pasos
dados por David Ben Gurión para fundar un Estado Judío en Palestina
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.
La generación de oficiales comprometidos en el movimiento secreto
provenía de una clase media urbana emergente, que poco tenía que ver
con la antigua y tradicional casta militar egipcia emparentada directa-
mente con la aristocracia. Se puede afirmar entonces que las ideas nacio-
nalistas árabes de la
intelligentsia
fueron originalmente recibidas por nú-
cleos de los institutos castrenses que las adoptaron como propias. En di-
chas sociedades se incubaría el germen de la ideas del panarabismo.
El golpe de Estado incruento que derribó a la monarquía egipcia el 23
de julio de 1952 constituye el primer paso de un régimen que cambiaría la
fisonomía político ideológica de la región, expresión de un nuevo orden
militar. Aun así los cambios se acometieron gradualmente en el caso de
Egipto. La primera etapa del proceso fue nominalmente dirigida por el
general Nagib, debido a la falta de práctica en la conducción del poder
por parte de los Oficiales Libres. El lema fue originalmente la celebración
de elecciones libres en un régimen multipartidista según la tradición euro-
pea continental. Sin embargo, prontamente se optó por un camino más de
fondo simbolizado por la aplicación de la reforma agraria. Cuando la
cohabitación entre la cúspide militar y los oficiales de baja graduación se
hizo inviable en el seno del Consejo de la Revolución, Nasser asumió la
dirección del movimiento.
Una vez que detentó la suma del poder, Nasser diseñó las formas defi-
nitivas del nacionalismo árabe, secular y categóricamente nacional, rele-
gando a un papel secundario a las instituciones, aunque sin prescindir de
las ideas religiosas:
La patria árabe es una unidad política y económica indi-
soluble; ningún territorio podrá reunir las condiciones indis-
pensables para su existencia si permanece aislado de los de-
más territorios. La nación árabe, Umma, constituye una uni-
dad espiritual y cultural; todas las diferencias existentes en-
ron con la «traumática» emergencia de Israel como los inspiradores de su carre-
ra política. En la interpretación ex
post facto
, Nasser asegura que la liberación de
Palestina habría comenzado con la deposición del rey Faruk. Véase Nasser,
Gamal Abdel,
La filosofía de la revolución
, Madrid, 1966, pp. 15-18.
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Martín Muñoz, Gemma,
El Estado árabe. Crisis de legitimidad y contestación
islamista
, Barcelona, Ediciones Bellatera, 2000, p. 81.
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