Oriente medio : una eterna encrucijada - page 96

Gilberto Aranda y Luis Palma
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puesta eficacia de los militares para llevar a a cabo la libera-
ción nacional, la integración social y el desarrollo económi-
co, fundamentos de la construcción nacional en los que ha-
bían fracasado los políticos feudales (al-iqta iyyun) de régi-
men liberal
71
.
De esta manera, se instituyó un régimen de partido único (partido he-
gemónico en estricto rigor), La Unión Socialista Árabe; la concentración
en una sola persona de la autoridad de Estado, la dirección del partido y
la jefatura militar; y la relación del partido con las organizaciones socia-
les, mediante prácticas clientelísticas. Este tipo de régimen se transformó
en un modelo político para los nuevos estados norafricanos, y también
para Oriente Medio.
En el aspecto económico adoptó teorías desarrollistas burocráticas que
reconocían al Estado como el impulsor de una economía capitalista en otra
versión del capitalismo de Estado como piedra angular del desarrollo. Lo
anterior se tradujo en la implementación de regulación proteccionista capaz
de defender la industria nacional egipcia de la competencia externa.
La corriente panarabista se exportaría bajo diferentes formatos desde
Egipto a otros países de la región. El Partido Socialista del Renacimiento
Árabe, Baath, irrumpiría a mediados de los cincuenta en Siria e Irak,
colaborando en la deposición del orden heredado del colonialismo francés
y británico. Hacia 1954, un golpe de Estado depuso al régimen sirio,
mientras que otro tanto ocurriría con la monarquía hachemí en Irak hacia
1958. En ambos países el Baathismo acometería la conquista del poder. Los
principios ideológicos defendidos por sus partidarios se fundaron sobre el
cuerpo teórico legado por Michel Aflaq quien insistía en la necesidad de
dejar en segundo plano las legítimas diferencias religiosas para abrazar la
religión de la patria. Considerando a los componentes sociales del movi-
miento como el medio para el reconocimiento árabe, su ideología proponía
la preeminencia de la «arabidad» en tierras musulmanas, proclamando el
arabismo como un valor en sí mismo
72
. El Islam fue concebido en claves
civilizacional antes que religiosa: un signo cultural de identidad en la na-
ción árabe. En definitiva, se trató de un programa articulado en torno a dos
puntos: a) el renacimiento árabe a partir de la reinterpretación de Mahoma
como un profeta árabe, para desde dicha herencia acometer la lucha por la
nación árabe, y b) la constitución de un partido socialista no marxista.
En suma, la ideología Baathista se ubicaría en el epicentro del cambio
en la década de los sesenta, insistiendo en la referencia constante y perma-
71
Martín Muñoz,
op. cit.
, p. 84.
72
Benz, Wolfgang y Graml, Hermann,
op. cit.
, p. 106.
1...,86,87,88,89,90,91,92,93,94,95 97,98,99,100,101,102,103,104,105,106,...250
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