El Paracaidas - N°3 2014 - page 16

Por Elicura Chihuailaf Nahuelpán*/ Foto: Felipe PoGa
C
uando recibí la propuesta de
escribir algunas líneas bajo este
título para la revista El Paracaí-
das, para su número presente,
se me vino el futuro de la ciudad a la
memoria y el recuerdo rural de la infan-
cia que me habita. La manera de hablar,
de escribir, que me sugiere la visión de
mundo mapuche a la que pertenezco y
que me trajo de vuelta a mi lof / comu-
nidad –Kechurewe- hace años ya.
Pero como no me es posible ser un
demediado, respondo también atento
al diálogo –que es constante- entre la
mapuchidad que conozco, en mi diver-
sidad de serlo, y la chilenidad que tuve
que aprender a conocer (y que ya es casi
parte mía) y que siempre me sorprende
porque es una perspectiva de conexión
–que amplía mi mundo- con otras cul-
turas, otras cosmovisiones, a través de
un anciano / una anciana, un niño /
niña, una joven / un joven llamado: Li-
bro. El libro, una conversación que se
fija / que se convierte en cuerpo vivo –
casi siempre, me parece- desde lo mejor
del espíritu y el corazón de la cultura
que la genera.
Nuestras Mayores / nuestros Mayores
me están diciendo: suele olvidarse con
frecuencia que –en todos los tiempos y
El libro, una
conversación que se
fija / que se convierte
en cuerpo vivo -casi
siempre, me parece-
desde lo mejor del
espíritu y el corazón
de la cultura que
la genera.
LECTURA Y PUEBLOS
ORIGINARIOS
lugares de la Tierra- todos los pueblos /
todas las culturas,sin excepción,surgieron
desde lo nativo / desde lo indígena /
desde lo originario / desde lo aborigen o
como quiera nombrarse. Y, desde luego,
su primera comunicación fue a través de
la gestualidad hasta llegar a la oralidad
y a la escritura (es necesario, me digo,
recordar queLa Ilíada yLaOdisea fueron
libros recogidos desde la oralidad).Y que,
por lo mismo, todos los seres humanos
iniciaron su conocimiento valiéndose de
la observación que -en la “modernidad”
de las culturas occidentales, como se
sabe- es considerado el primer eslabón
del método científico. Aprendizaje que
continúa hoy y continuará –sin duda-
mañana, con las generaciones venideras;
con todas las transformaciones que los
tejidos vivos asumen para no marchitarse
y no desaparecer.
Dicho aprendizaje nosotros los mapu-
che lo ejercemos desde la idea central
de nuestra espiritualidad, nuestra Itro
Fill Mogen / la totalidad sin exclusión,
la integridad sin fragmentación de la
vida (de todo lo viviente). Siendo la
observación la lectura del entorno y a
la vez del infinito, la lectura del gran li-
bro de los Sueños / de la Naturaleza en
su dualidad. El libro fundamental para
los pueblos que seguimos recordando
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El Paracaídas / Nº 3 noviembre 2014
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