El Paracaidas - N°3 2014 - page 19

172 años de la Universidad de Chile:
LA UNIVERSIDAD EN
TIEMPOS DE SACUDIDA HISTÓRICA
Sólo un país que discute y
que refuerza el papel de sus
universidades e intelectuales
puede crear imaginativamente
un destino común como nación.
E
ste mes de celebraciones y conmemoraciones que reafir-
man la identidad institucional de nuestra Universidad,
coincide con un momento de discusión nacional acerca
del presupuesto para la educación superior del próximo
año.El financiamiento por parte del Estado de la Universidad de
Chile y de la red de universidades estatales en su conjunto, nos
aproxima a un modo de abordar la pregunta que formuláramos al
iniciar esta Rectoría: ¿qué espera la sociedad chilena de nosotros?.
No por los montos asignados, sino por el reconocimiento y énfa-
sis en las tareas especificas que el Estado espera de la institución.
Independientemente de las cantidades, el aspecto cualitativo de
reconocer una glosa para las universida-
des estatales que se propone, constituye
de por sí un cambio sustantivo. (Dejemos
de lado el hecho de que este cambio se
origina en la situación alucinante de
que en Chile el Estado no consulta ac-
tualmente tal glosa para universidades
estatales). Las reacciones que esta pro-
puesta han concitado probablemente se
generan en la aceptación de un princi-
pio insólito que enfatiza la competencia
entre universidades. De este modo, los
aportes a las universidades estatales no
se entenderían en el contexto de per-
mitirles cumplir la labor por la cual el
Estado las creó, sino como una transgresión a la ecuanimidad
que debe regir a la competencia entre todas las universidades.
En la práctica, sin embargo, la oposición a la creación de una
glosa para las universidades estatales representa la negativa
a que se revierta uno de los preceptos más originales de la
ley de 1981, a saber, que en Chile no existan universidades
estatales y que todas las universidades deban regirse por una
lógica de autofinanciamiento.
Como ha señalado la Contraloría General de la República, la
Universidad de Chile, como las otras universidades públicas,
ha dado prueba de su capacidad de desenvolverse con éxito,
a pesar de las restricciones que, a diferencia de las privadas,
la obligan a enmarcar su ejercicio dentro del derecho público.
Por sobre todo, esa capacidad viene siendo corroborada desde
hace mucho tiempo en investigación y generación de conoci-
miento para el país en su conjunto.
Una de las más importantes labores a las que la Universi-
dad de Chile hoy día está llamada a cumplir dice relación
con el papel que tenemos que jugar
en momentos en que se discute sobre
qué país queremos para el futuro, se
toman definiciones y la sociedad vive,
en palabras de Neruda, una “sacudida
histórica”. Hay grandes expectativas
en relación al aporte que nuestras uni-
versidades estatales puedan hacer en
estos debates. Sólo un país que discu-
te y que refuerza el papel de sus uni-
versidades e intelectuales puede crear
imaginativamente un destino común
como nación.
Desde luego, para que la red de uni-
versidades estatales pueda cumplir con el deber de formación
de profesionales y de investigación científica que requiere el
país, se necesita despejar el debate del financiamiento y hacerse
cargo de la cuestión política de fondo que anida con la que
se construye el presupuesto de la educación superior. Vuelven
entonces las preguntas fueros, ¿quiere el país tener universida-
des públicas? De ser así, ¿para qué las quiere? Orgullosos de
nuestra historia,miramos hacia un futuro en cuya construcción
debemos y queremos ser protagonistas principales.
*Rector de la Universidad de Chile.
Por Ennio Vivaldi*
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