El Paracaidas - N°3 2014 - page 9

Pasa un poco por el dejar de ser ciudadanos netamente con-
sumidores a ser más participativos.
-Claro, pasa justamente por eso. Que ha ganado la idea de
ciudadanía como consumo de objeto. Yo he trabajado eso en
filosofía, el sentido de la comunicación humana es la comu-
nicación al otro, no a los objetos. Que los objetos son bue-
nos, que están perfectos. Todas esas son maneras de desviar la
atención. La comunicación es para vincularse a los sujetos, no
a los objetos. Nosotros estamos muy en lo primero.
¿Cuál es la importancia de ser ciudadano, qué significa?
-Qué pregunta. De hecho, ¿qué se opondría a ese concep-
to? El concepto de individuo. Yo creo que por una parte el
ciudadano es un ser abierto a las relaciones con otros seres
humanos. Si nosotros cerramos esta relación se acaba la ciu-
dad, se convierte en una ciudad de funcionarios de sociedad
anónima. Pero no, toda nuestra vida está ligada a la relación
con otros. Porque existe un mundo donde la presencia de los
otros es esencial para la subsistencia. No un lujo. La esencia
de la sociedad es eso.
¿Cómo ve nuestra democracia?
-Mal. Porque la ciudadanía no se nota. No tenemos voz para
discutir, para hacer valer nuestros derechos. El comercio
hace lo que quiere con nosotros. Los políticos, apenas tienen
importancia, se olvidan de los que votaron por ellos. Es una
mala democracia. La ciudadanía es una retórica en Chile.
¿Cómo evalúa el gobierno actual? Usted apoyó a Bachelet.
-Con muchas dificultades. Yo creo que tienen muy buenas
intenciones, que ella es una mujer inteligente, no sé si los par-
tidos que la apoyan lo hacen realmente, digamos, pero ella a
mí me parece muy bien.
¿Y cómo ve a la izquierda en Chile?
-Desarmada, confusa. Habla más de cosas en defensa del ca-
“La apertura de otras universidades nunca puede
ser malo en sí, pero fue una estrategia para seguir
hundiendo a la Universidad de Chile”
pitalismo que en defensa de lo que significa una izquierda,
una socialización. Dando excusas de pisar.
¿Qué le pasó a la izquierda en este país?
-Bueno, consecuencia de la dictadura. Además el mundo ha
caminado hacia un afianzamiento de una derecha. No como
la nuestra, que es la peor de todas, sino como la europea.
Pienso en la francesa, la italiana, que tienen una educación
gratuita, medicina gratuita. El comercio, que es muy activo,
paga el 40 por ciento de impuestos, no el 20.
Usted siempre ha llamado a subir los impuestos. Justo ahora
hay una reforma tributaria en curso.
-Pero ya ve usted la resistencia que ha tenido.
¿Qué le hace falta a la democracia chilena?
-Sensibilidad social.
¿Cree que se logre llegar a acuerdos en la reforma educacional?
-A medias, como todo lo que sucede en Chile.
En la medida de lo posible
-En la medida de lo posible, sí. Se negociará, se llegará a un
acuerdo con la derecha, habrá colegios pagados y los niños ru-
bios, blancos, irán a una parte, y los morenitos a otra.
¿Qué mensaje le daría a la Universidad de Chile en su
aniversario?
-Que no solamente recuperen la fuerza del pasado como
universidad maestra, eso sí. Pero que logre volver a tener la
influencia en todo el país. Para escuchar las vocaciones, para
escuchar los progresos de la ciencia, para amparar el arte, para
amparar las manifestaciones espirituales, vitales, de un pue-
blo. En las universidades privadas en general no se enseña
eso. Se enseña la profesión, a vender cosas. Todo va para eso,
en el fondo.
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Nº 3 noviembre 2014 / El Paracaídas
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