El Paracaidas - N°3 2014 - page 3

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Nº 3 noviembre 2014 / El Paracaídas
Cuando el historiador inglés Eric Hobsbawm estuvo en Chile en 1998, señalaba sobre el fin del siglo 20, un siglo
corto según él, que se iniciaba con la Primera Guerra Mundial y concluía con la caída del Muro de Berlín, que
entre las fuerzas para pensar el cambio en este milenio estaban los intelectuales, los estudiantes y el Estado. Un
cambio, agregaba, proclamado sobre premisas tan básicas y universales como las que dieron origen a la Revolu-
ción Francesa: libertad, igualdad y fraternidad.
Hobsbawm,muerto hace dos años, tenía en ese entonces 82, y había vivido el siglo intensamente, como se lo recordé
en la entrevista que le hiciera justo en los momentos en que Pinochet estaba detenido en Londres, y luego de saber
que había estado en Berlín, cuando Hitler era proclamado canciller; o en Moscú, para la muerte de Stalin.
¿Cómo se comporta la Universidad de Chile en un tiempo de cambios y de demandas por una mayor democra-
tización de la sociedad? ¿Es la misma que a fines de los años sesenta con el rock o la Internacional como bandas
sonoras se hizo parte de la ola reformadora exigiendo democracia en la casa, en la calle y en la universidad?
¿Es la que resistió a la intervención militar y pese a sus heridas logró doblarle la mano al rector Federici? ¿La que
mantuvo, pese a todo, la libertad de cátedra, el pensamiento crítico, y los valores de la diversidad y del humanis-
mo, en la larga siesta de la transición con sus dogmas del autofinanciamiento, del éxito personal y la competencia
por sobre las agendas colectivas?
¿Se trata de la Universidad que está a la vanguardia del pensamiento crítico, del debate ciudadano y sintonizada
con los cambios?
Cuando la Universidad de Chile cumple 172 años, y los discursos sobre nuestra impronta republicana y democrá-
tica se tornan recurrentes, éstas y otras preguntas surgen al calor de la conmemoración.Todo ello en un contexto
nacional de debate y reforma a la educación y, a nivel interno, en medio del anuncio por parte del Senado Uni-
versitario sobre el inicio de un proceso de consultas en torno al cambio de estatutos de nuestra casa de estudios.
Volviendo a Hobsbawm, cabe preguntarse si hoy, pese a los miedos y desconfianzas propios de un país que priva-
tizó con lógicas de mercado gran parte de las agendas colectivas, subsiste en la Universidad de Chile la audacia
de quien se asumió como agente del cambio.
LA UNIVERSIDAD Y SU
SINTONÍA CON LOS CAMBIOS
Editorial
Por Faride Zeran
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