Se puede garantizar la pluralidad de sus contenidos, la impar-
cialidad de su programación. Varios de los canales mencionados
anteriormente realizan una rendición de cuentas a la población
y a sus parlamentos, además de utilizar mecanismos de evalua-
ción de calidad, audiencias, alcance y aprobación.
Un canal financiado por el Estado, bajo estos parámetros, ga-
rantizaría la producción de contenidos regida por el interés pú-
blico y no por estándares comerciales.
Necesitamos un canal conectado con los nuevos tiempos, que
esté donde están las audiencias y que sea capaz de convocar-
las. La generación de contenidos de la señal pública tiene que
estar presente en una diversidad de formas, aire, cable, OTT,
web, motores de búsqueda, etc. Las nuevas tecnologías generan
nuevas formas de convivencia entre los medios audiovisuales y
crean un escenario de múltiples operadores en televisión abierta
e infinitos en internet.
Antes, la escasez de la TV estaba dada por la distribución.
Hoy el desafío ya no es ése, sino generar la fuerza creativa y
los recursos que aseguren calidad sin tan alto costo. Los más
beneficiados con la TDT serán aquellos que podrán acceder a
calidad HD y tal vez a más señales sin tener que pagar a un ca-
bleoperador, y quizás sea posible el ingreso de nuevos actores a
la creación de contenidos. Con esto se democratizará en parte
el acceso a la información y la protección de la diversidad. Ya
no son esos atributos exclusivos de los canales públicos y es
por esto que un generador de contenidos financiado por el
Estado tiene que ser de excelencia y sus estándares tienen que
ser muy superiores a los de los canales privados. Debe ser un
canal de calidad, representativo, imparcial y plural, como lo es
la BBC en Reino Unido.
La firma de la indicación sustitutiva que modifica el estatuto
de TVN y crea un canal cultural educativo de libre recepción,
gratuito y sin publicidad, genera inmensas expectativas en el
medio audiovisual. En régimen tendría que crear gran cantidad
de proyectos para los productores independientes. Esto ayuda-
ría a levantar un sector que se encuentra en un momento de
mucha inestabilidad. Pero, sobre todo, la creación de este canal
es una tremenda oportunidad para que Televisión Nacional de
Chile pueda cumplir con su misión pública: promover y difun-
dir los valores democráticos, los derechos humanos, la cultura,
la educación, la participación ciudadana, la identidad nacional
y regional, la multiculturalidad, el respeto y cuidado del medio
ambiente, la tolerancia y la diversidad.
* Cuadernos de Discusión de Comunicación e Información de la Unesco.
“Principios y buenas prácticas para los medios públicos”, de Martín Becerra y Silvio Wais Bord.
P.40
P.P. / Nº1 2016