propósito de la construcción del puen-
te que uniría a la isla con el continente.
Para el profesor Bugueño es importante
“preguntarse para qué, para quién, por
qué conectar la isla”.
“Siempre se dice que no puede ser que una
persona que se enferma en Castro tenga
que demorarse tres horas en llegar a Puer-
to Montt. La lógica diría ‘bueno, por qué
tiene que moverse si el Estado tendría que
ser proveedor de la solución de salud en su
lugar de residencia’. Pero cómo gastar tan-
to dinero en un mega proyecto cuando se
podría ocupar el 10 por ciento en mejorar
la conectividad dentro de la isla o mejorar
el acceso a servicios públicos y, sobre todo,
la salud. En realidad, yo creo que no se está
pensando tanto en la isla, sino que más
bien en los empresarios”, sugiere el acadé-
mico de la Región de Los Lagos.
En línea con Bugueño, el dirigente Da-
niel Pantoja plantea sus cuestionamientos
a este polémico proyecto vial. “Cómo un
puente, una infraestructura de 750 millo-
nes de dólares, es lo que se quiere instalar
para llegar a un lugar como Chiloé, que
está totalmente abandonado. Primero
solucionemos los problemas al interior
de la isla”, dice Pantoja, quien vuelve a la
pregunta: “¿Para quién es el puente? (…)
Como esta es una comunidad neoliberal
salvaje, busca resolver los problemas de
las grandes empresas, entonces el puente
serviría a los salmoneros y a las empresas
que vienen, como las mineras que van a
llegar. El puente va a servir de conexión
hacia Aysén, hacia el sur de la isla, no para
los habitantes de Chiloé”.
Para Beatriz Bustos el tema del puente es
“un símbolo de cuáles son las prioridades
del gobierno central hacia la isla. Hoy día
la gente de Chiloé calcula cuánto sale el
puente versus cuánto saldrían los hospita-
les, mejorar la educación y la conectividad
interna, y ciertamente hay una molestia.
Esto es un símbolo de lo complejas que
son las dinámicas que se están dando en
estos momentos en la isla”.
Fin de la crisis:
¿Y ahora qué?
Ancud fue la última comuna en bajar
las movilizaciones. Después de casi tres
semanas, la declaración de zona de ca-
“Entender la marea roja
como un problema de la
pesca es una muestra de
que hay una visión sectorial
sobre los territorios y no una
visión sistémica, que no hay
herramientas a nivel regional
para gestionar estas
crisis”, dice Beatriz Bustos,
académica de la Facultad
de Arquitectura y Urbanismo
de la Universidad de Chile.
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Nº1 2016 / P.P.