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Play, Amazon) y los motores de búsqueda

(Google, YouTube), representan un desa-

fío gigantesco para el ecosistema mediá-

tico. No sólo la forma de ver televisión

cambió (desde “miro lo que me dan” a

“veo lo que quiero, cuando y donde quie-

ro”), sino que también los contenidos y el

modelo de negocio.

En Chile, donde la mayoría ve televi-

sión a través de un operador de cable,

pareciera que tener más canales de alta

definición gratis y nuevos actores en un

mercado muy cerrado y competitivo no

es un buen negocio. Esto podría expli-

car en parte el retraso de este proyecto

en el Congreso.

Los canales de señal abierta existentes es-

tán viviendo momentos complejos y de

profunda reestructuración. ¿Qué incenti-

vo tendrían para multiplicar su problema?

El escenario actual es muy complejo para

los canales tradicionales. Todos están en

rojo, menos MEGA, que con millona-

rias inversiones y apropiándose del área

dramática de TVN y del equipo de pro-

gramación de Canal 13, logra pequeñas

utilidades en relación a la inversión. Los

canales agrupados en ANATEL entraron

en crisis cuando los grandes consorcios

económicos compraron señales de TV

abierta (CHV, MEGA, C13).

La búsqueda por liderar el mercado en el

menor tiempo posible y asegurar influen-

cia elevó los costos a niveles que la TV

chilena desconocía. Eso, sumado a una

audiencia cada vez más segmentada y me-

nos fiel y, por ende, a la dispersión de la

inversión publicitaria en nuevas platafor-

mas, creó la tormenta perfecta.

En 2014 Canal 13 perdió casi 20 mil mi-

llones de pesos; el 2015 el más afectado

fue TVN, con pérdidas que superaron los

27 mil millones. En el caso del canal es-

tatal esta pérdida no fue por aumento de

costos, sino por una disminución de in-

gresos por concepto de publicidad de más

del 50 por ciento en menos de seis meses.

Este escenario plantea no sólo una crisis

financiera, sino que pone en entredicho la

necesidad de tener un canal público.

La televisión pública es un atributo di-

ferenciador, no una limitante. Los In-

dicadores de Desarrollo Mediático de la

Unesco reflejan la relevancia de que exis-

tan medios públicos, privados y comuni-

tarios, ya que son uno de los pilares de la

convivencia democrática.

Un canal público crea sentido de nación,

democratiza el acceso a contenidos de ca-

lidad y se preocupa de la ciudadanía que

el mercado deja de lado: niños, adultos

mayores y minorías, entre otros.

El miedo a que el canal estatal actúe como

una prolongación del aparato comunica-

cional del Gobierno parece una justifica-

ción para que siga funcionando como hasta

ahora. Existen innumerables ejemplos en el

mundo de canales públicos independientes

de los gobiernos: BBC, PBS, TVNZ, TV

pública de Canadá y muchos más. También

existen ejemplos de canales gubernamenta-

les que son aparatos comunicacionales del

gobierno de turno. Nadie está proponiendo

eso para TVN y en este escenario medial se-

ría un canal sin audiencias.

La verdad es que en los últimos años la ley

que determina el autofinanciamiento ha

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P.P. / Nº1 2016