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algunos caen en el juego mercantilista y

otros deciden resistir. Y es ahí donde ves

estos modelos que tratan de hacer senti-

do del mundo y de la sociedad en la cual

les toca vivir.

Uno también podría decir que actual-

mente las galerías de arte son espacios de

elite que están demasiado desvinculados

de lo que pasa en la sociedad, pero por

otro lado todavía habría ciertos espacios

de resistencia.

-Potencialmente todos los espa-

cios de arte y cultura son espacios de

resistencia. Todo está en el programa

de aquellos espacios. Algunas galerías

efectivamente son más resistentes que

otras, a algunas galerías les interesa más

insertarse en el circuito mercantil y

simplemente ofrecer decoración a una

cierta clase social en Chile. Otras ofre-

cen un programa donde efectivamente

quieren ofrecer su espacio como uno

de resistencia para que los artistas plan-

teen ideas y traten de hacer sentido del

mundo en que les tocó vivir.

En ese sentido, ¿cómo evalúas el rol

que ha tenido el Estado en la promo-

ción del arte y la cultura desde la llega-

da de la democracia?

-Eso hace una gran desilusión. La

verdad es que cuando tú ves el estado

de las instituciones culturales en Chile,

realmente no entiendes, porque Chi-

le ha logrado un desarrollo económico

casi inigualado en América Latina, pero

cuando tú vas a Buenos Aires, o a Sao

Paulo, o incluso a Lima, ves institucio-

nes que están mucho más protegidas y

apoyadas no solamente por el Estado

sino que por el empresariado en gene-

ral. Las instituciones culturales chilenas

son totalmente huérfanas, tanto del

empresariado como del Estado. Y eso

es algo que realmente no tiene sentido.

Cada amigo mío que yo envío a Santia-

go a visitar, vuelve y no puede entender

la precariedad de las instituciones en

Chile. El estado lamentable en que se

encuentra el museo de Bellas Artes o el

Museo de Arte Contemporáneo es abso-

lutamente vergonzoso. Hay un desfase

total entre la economía chilena com-

parada con las economías del resto de

América Latina y el estado de nuestras

instituciones culturales.

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Nº1 2016 / P.P.