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La interpretación de las dos palabras fuertes del ideal,
libertad
e
igual-
dad
, se enfrentó con una realidadmuy diferente en laAmérica indígena.
La producción que correspondía a los Estados nacientes tenía como base
el trabajo esclavo y, como consecuencia, la libertad fue traducida como
libertad del Estado, esto es, la libertad de los nacientes Estados latinoa-
mericanos frente al colonialismo europeo. Los liberales más auténticos
lucharon contra la esclavitud, pero comprendían la libertad simplemente
como el expurgo del trabajo no contratado, del trabajo esclavo; es decir,
en gran parte, los nuevos Estados latinoamericanos comprendieron con
más precisión el doble significado capitalista de esta libertad: la libertad
contractual y la soberanía del Estado. El doble significado de la libertad
implica la exclusión de grupos y pueblos. El Estado soberano debe tener
apenas un pueblo, que son todos los individuos libres para contratar. Com-
plementando esta idea, el concepto de igualdad retira cualquier vínculo
grupal de los individuos, para transformarlos a todos en iguales en tanto
personas. Estos dos conceptos en conjunto fueron un todo coherente y
dramático para la realidad americana: los esclavos, africanos o indígenas,
debían ser transformados en trabajadores libres, desposeídos, listos -en
tanto individuos- para contratar con sus patrones.
Para esto deberían ser iguales entre sí, desconsideradas todas las
idiosincrasias colectivas, culturales, jerárquicas del pueblo al que origina-
riamente perteneciesen. La organización, lengua, religión, derecho de cada
pueblo estaría destinado al tamiz de la historia. Está claro que todo aque-
llo debería ser fácilmente sustituido por la organización social, lengua, re-
ligión y derecho del Estadomoderno recién constituido.
Adiferencia de Europa, la constitución del Estadomoderno capitalista
enAmérica Latina halló una sociedad extremadamente diversificada no
por clases sociales, sino por pueblos diferenciados, con grados de con-
tacto y de relación muy variados. Esto hizo que el derecho que nació a
partir de allí atendiese solamente una fracción relativamente pequeña de la
sociedad, aquellos integrados a los negocios de los nuevos países y here-
deros del poder colonial. Los juristas, a su vez, al interpretar y teorizar el