autorizaciones de emigración de algunas decenas de miles, de
habit~n
tes de su origen nacional, en forma escalonada, en un penodo de
CIn–
co años,
A
10
anterior se agrega el convencimiento de parte de ,los países
De Europa Occidental, e incluso de personeros norteamencan,os, de
que los cambios profundos en favor de un mayor respeto
masIvo
de
los derechos humanos dentro del
bloqu~
s.oviético suponen transfor–
maciones radicales en sus propias comunidades nacionales, en la na.
turaleza misma de
\<:1.
sociedad que pretenden "edificar", Ese proceso
de cambios, según ellos, tomará plazos muy largos e indeterminables,
salvo que se produjeran fenómenos políticos semejantes a los que se
han vivido en Yugoslavia, Dentro de ese nuevo enfoque se ha convo.
cado a
la
próxima Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea
para
1980,
en Madrid,
La experiencia HelsinkijBe!lgrado deja otra lección internacionaL
Dentro de la mayor vocación en favor de los derechos humanos y de
las libertades fundamentales, h3.y que reconocer que la "confrontación
por la confrontación" no puede convertirse en una determinante de
política exterior, tas situaciones y circunstancias son muy diferentes:
El encuentro contemporáneo de civilizaciones y culturas diferentes in–
dica que no hay una norma común 'al respecto, con excepción dd
objetivo moral contenido en la Declaración de Uos Derechos Humanos',
la fragilidad de la "distensión" aconseja a las superpotencias do.
'kar sus recíprocas recriminaciones, y si las inestables relaciones ínter–
Este-Oeste imponen la búsqueda de otros contactos de ca.
UUUH"UC"U'
o, mantener ese tema como factor de político! exterior
a terceros países, bajo sanciones·
y
anatem'as, si .;ifica esta–
régimen de doble estándar, una discriminación' n suma, una
desahogo frente a algunas frustraciones ex
e~11'as
o de como
necesidades políticas de orden inte ,no.
\
159
