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ENCUENTRO INTERNACIONAL DE UNIVERSIDADES ESTATALES

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Entonces, en este contexto se da esta lógica de aumentar la presencia del nanciamiento privado y disminuir la

presencia del nanciamiento público en la educación superior. Yo creo, aceptando la base de esa argumentación,

que en años recientes ese tipo de discusión ha ido cambiando de cariz y lo ha hecho porque en aquel

razonamiento que se hacía, treinta años atrás, no se tomaba en cuenta -lo que los economistas llamamos- las

externalidades que pudiera tener la educación superior, y me re ero precisamente en términos de investigación

y desarrollo, en términos de aportes de las universidades en conocimientos cientí cos, a la divulgación y a la

posibilidad de que estos avances en el conocimiento cientí co se traspasen al sector productivo y permitan,

entonces, a la economía crecer más y, por tanto, permitan asociar una mayor rentabilidad social a la inversión

pública en educación superior. Yo creo que ha faltado en estos años hacer el cálculo preciso de cuál es la

rentabilidad social de la educación superior cuando uno considera de forma explícita el aporte que tiene sobre

investigación y desarrollo, y sobre el aporte de la productividad al crecimiento de la economía.

Creo que un incremento de inversión pública, del orden de 0,7 ó 0,8% del PIB es una buena inversión, mirada

desde el punto de vista de las externalidades positivas y creo que es una tarea que tiene que asumirse hacia el

futuro. Dicho eso, creo sin embargo, que este incremento -si se da- va a tener que ser otorgado en condiciones

probablemente muy distintas a como hoy día se asignan los fondos a las universidades. Se tiene que poner un

énfasis en objetivos de calidad de la educación, en la e ciencia en el uso de los recursos y un énfasis en la equidad.

Cuestión que hoy está siendo atendido por algunos de los instrumentos, pero por otro de los instrumentos no lo

está. Y hay que considerar también que este esfuerzo por aumentar el gasto público en educación superior, tiene

que entenderse en un contexto -en términos de población universitaria- que es muy distinto al del año 90 y muy

distinto al del año 73, para poner dos hitos históricos en términos de fecha.

Hoy día casi dos tercios de los estudiantes universitarios son de universidades privadas, no públicas. Y eso forma

una base que no es menor, que no podemos olvidar. Así que cualquier cosa que nosotros propongamos, desde el

punto de vista de las universidades estatales, tenemos que hacerlo reconociendo no obstante las diferencias de

calidad que son muy importantes, que del punto de vista numérico, somos minoría.

Hay, en el sistema actual de nanciamiento de la educación superior, evidentes anomalías. Una de ellas que todos

sabemos es la existencia del Consejo de Rectores (CRUCH). Anomalías que están vinculadas a la existencia del

CRUCH son los mecanismos de nanciamiento, el porcentaje de aporte estatal y cuáles son las universidades

elegibles para cada una de esas líneas de nanciamiento. Por ejemplo el Aporte Fiscal Directo, que es un 34 % del

presupuesto del año 2007, va exclusivamente a entidades del CRUCH. Los fondos competitivos MECESUP: el 7,3%

del nanciamiento del 2007 va a universidades del CRUCH. Y así, si uno suma lo que es el aporte público a las

universidades del CRUCH llega más o menos a un 70 % de lo que se distribuye entre las universidades en Chile. Ésa

es, a mi juicio, una anomalía de la cual el país va a tener que hacerse cargo. Porque hay una cantidad importante

de entidades universitarias que no están dentro del CRUCH y que, en algunos casos, pueden ser merecedores a un

acceso de nanciamiento mayor al actual.

Una segunda anomalía es que el aporte histórico a las universidades del CRUCH, en lugar de haber ido

disminuyendo, ha ido creciendo en el último tiempo, desde el año 90 hasta la fecha. Y todos sabemos que hay

bastantes inequidades entre lo que reciben algunas universidades y lo que reciben otras.

Una tercera anomalía es que dentro del CRUCH hay universidades públicas y universidades privadas – como la

Ponti cia Universidad Católica de Chile, la misma Ponti cia Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad de

Concepción, por ejemplo- y fíjense que estas universidades privadas antiguas, reciben tres cuartos del

presupuesto público que va a universidades privadas en comparación con el resto de las universidades privadas,

en circunstancia de que sólo atienen a un 19 % de los alumnos que asisten a universidades privadas. Ahí tienen

ustedes otro número que, de alguna forma, representa una anomalía de la que yo creo que tendremos que

hacernos cargo en el futuro.

DIA 2: DESAFÍOS DE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS PARA EL SIGLO XXI

142

CONFERENCIA: “Estado actual y proyecciones de las Universidades Públicas de los Estados Unidos”

142

Jaime Chahín

142

CONFERENCIA: “Resp nsabilidad del Estado respecto a la Su tentabilidad de la

Universidad Pública Nacional”

154

Juan Manuel Zolezzi, Consejo de Rectores.

155

PANEL: “Financiami nto de la u iversida es estat les: antecedentes y p rspectivas ara el siglo XXI” 161

Juan Manuel Zolezzi

162

Luis Ayala

162

María Olivia Mönckeberg

172

Felipe Morandé

180

Hugo Fazio

185

CONFERENCIA: “La Mercantilización de la Educación, el ejemplo de la Universidad”

185

Roger Dehaybe

185

CONFERENCIA: “Enseñanza Superior, Universidades Públicas y Universidades de Clase Mundial.

Relación entre estos términos y las Políticas de Investigación y Desarrollo en Brasil”.

186

Hernán Chaimovich

186

PANEL: “Futuro de las Universidades Públicas en Chile”

193

Sergio Pulido

193

Jorge Las Heras

197

José Antonio Viera-Gallo

202

José Joaquín Brunner

205

Ennio Vivaldi

212

Ricardo Núñez

220

CONFERENCIA: Alcances y conclusiones del Encuentro

226

Francisco Brugnoli

226

CONFERENCIA DE CIERRE

232

Mónica Jiménez, Ministra de Educación

232

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