Precisamente porque reformas de esta envergadura tienen
que hacerse cargo de necesidades múltiples con recursos es-
casos que, además, tienen que subsanar dé!cit sociales espe-
cí!cos, los especialistas hablan de al menos cuatro garantías
mínimas que debería perseguir la reforma educacional en
educación superior.
En primer lugar, debería ser gradual. Desde siempre, el go-
bierno ha señalado que ni siquiera intentará que la gratuidad
se produzca de un día para otro y ha trascendido que durante
el período de Bachelet sólo abarcará al 70% más vulnerable.
Según Roxana Pey, “la desesperación por lograr el 100% de
una vez es muy peligrosa, porque como los recursos involu-
crados son cuantiosos, está la tentación de buscar mecanis-
mos que no son buenos y que no sirvan al propósito de fon-
do para lograr rápidamente el !nanciamiento. Así es como
surgen ideas como el impuesto a los graduados. Como en el
pasado, también, que surgieron mecanismos como el Crédito
con Aval del Estado, que no buscaba aportillar a la gente, sino
resolver el tema del !nanciamiento de inmediato”.
En segundo lugar, las instituciones que prueben su compro-
miso con los estándares públicos deben ser !nanciadas a tra-
vés de subsidio a la oferta y no a la demanda. En términos
concretos, esto implica pasar del !nanciamiento de los aran-
celes de los estudiantes, que pueden elegir una u otra insti-
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