

A
estas alturas, la mayoría de los chilenos maneja
términos como lucro, copago y selección escolar.
Muchos, también, saben que estas cortapisas fueron
eliminadas de los colegios en el marco de la reforma
educacional impulsada por el gobierno. Sin embargo, hasta
ahí llegan las claridades y, sobre todo en educación superior,
muy pocos se aventuran a detallar cuál será el camino a seguir.
Sí, gratuidad. Pero ¿para quiénes? ¿Cuándo? ¿Bajo qué crite-
rios? ¿A cambio de qué?
Si bien no ha tenido la misma resonancia mediática que el
que se ha realizado para reestructurar la Educación Básica y
Media, el trabajo para rediseñar la Educación Superior no ha
parado desde el anuncio presidencial de hace un año. Uno de
los logros más concretos ha sido la promulgación de la ley que
crea el Administrador Provisional y de Cierre, que permiti-
rá !scalizar a las instituciones que reciban fondos públicos e
incluso clausurar las que presenten irregularidades mayores.
Pero la complejidad del escenario ha impedido avanzar mu-
cho más. Se trata, en palabras de Roxana Pey, Directora de
Posgrado del Instituto de la Comunicación e Imagen de la
Universidad de Chile y asesora del gobierno en temas de
Aseguramiento de Calidad en Educación Superior, de mo-
verse “hacia un sistema, porque lo que hay ahora no es un
sistema”, sino un “conjunto de instituciones desreguladas y
cada una de esas hace cosas que a veces están al servicio de la
educación superior y otras no”.
Daniela Trucco, de la División de Desarrollo Social de la
CEPAL, retrata la vastedad del problema. “No sólo es un
tema de la gran carga !nanciera, del gasto por familia que
existe, sino también de la poca regulación que hubo del sector
y del crecimiento del sector privado en educación superior,
que permitió que hubiera una oferta de mala calidad, cara,
para familias de menores ingresos”.
Pese a las críticas sobre una supuesta paralización, el gobierno
sí tiene un plan. El Paracaídas tuvo acceso a un documen-
to reservado de la División de Educación Superior (DIVE-
SUP) del ministerio de Educación, titulado “La Reforma en
Educación Superior. Hacia un nuevo sistema de Educación
Superior”, fechado en enero de este año y que de!ne los prin-
cipios y objetivos de la educación superior, los años de reco-
nocimiento que recibirán las instituciones dependiendo de
su calidad, la necesidad de contar con criterios que permitan
la asignación de recursos públicos y qué tipo de instituciones
se !nanciarán, entre otras cosas. Sin embargo no hay, hasta la
fecha, mayores de!niciones sobre qué es la calidad o cuáles
son los márgenes de lo público. Y es precisamente ahí donde
comienzan los problemas.
A juicio del sociólogo y académico de la Universidad de San-
tiago de Chile, Alberto Mayol, se trata de “un camino que
tiene demasiadas ambigüedades, ambigüedades buscadas de-
liberadamente. Aquí el punto no es que haya una confusión,
sino que deliberadamente se decidió no trazar una línea divi-
soria, deliberadamente se hicieron un conjunto de matices”.
El Diputado UDI Jaime Bellolio, miembro de la Comisión
de Educación de la Cámara de Diputados, asegura que “nun-
ca se ha sabido realmente cuál es el proyecto educativo del
gobierno, que tiene consecuencias en las distintas áreas y las
distintas etapas de la educación. Yo creo que lo que se ha visto
hasta ahora ha sido una cadena de improvisaciones”.
PRIMERO LO ESTATAL
“Educación pública. Un derecho, un orgullo”, reza un enorme
lienzo colgado en la fachada del ministerio de Educación.
Más allá de los detalles, esa es la claridad que ha tratado de
imponer el Ejecutivo: en todos los niveles educativos, la prio-
ridad debe ser lo público si el !n es mejorar tanto en acceso
como en calidad.
Juliana Zapata, de la División de Asesoría sobre Políticas
Públicas e Implementación de la Organización para la Coo-
peración y el Desarrollo Económico (OCDE), señala que
entre 2005 y 2011 Chile tuvo uno de los incrementos más
signi!cativos en el gasto por alumno entre los países de la
OCDE en los niveles primario, secundario y post-secundario
no terciario de la educación. Sin embargo, eso no sirve de
nada si no se fortalece lo público y gratuito. “La evidencia
internacional sugiere que más allá de un nivel básico de in-
13
Nº 7 mayo 2015 / El Paracaídas