tancia de incluir políticas de género en la
planificación de la nueva institucionalidad.
“El Ministerio de Ciencia y Tecnología
debiera coordinar esfuerzos con otras
instituciones públicas y privadas para es-
tablecer políticas que ayuden a derribar
las barreras que enfrentan las mujeres en
la carrera científica y tecnológica”, afirma
Alejandra Mizala, Doctora en Economía,
miembro del Consejo de la Comisión Na-
cional de Investigación Científica y Tec-
nológica (Conicyt) y directora del Centro
de Investigación Avanzada en Educación
(CIAE) de la Universidad de Chile.
Validación, mitos
y desigualdades
Según datos de Conicyt, en 2015 el por-
centaje de mujeres matriculadas en pri-
mer año de carreras científicas en Chile
fue de 21,6 por ciento y en Ingeniería,
17,1 por ciento. Es decir, se trata de áreas
todavía altamente masculinizadas donde
la brecha de género no sólo queda en el
registro numérico, sino también en la
posibilidad de desarrollarse en estos es-
pacios, que científicas y mujeres de las
TICs han descrito como “esferas todavía
inherentemente sexistas”.
Para Patricia Peña, académica del Institu-
to de la Comunicación e Imagen (ICEI)
y fundadora de
Girls in Tech Chile
(orga-
nización que busca visibilizar a las crea-
doras de tecnología en el país), nada de
esto sucede porque sí, sino que “ocurre
sencillamente porque sociedades como
las nuestras siguen alejando a mujeres y
niñas de estos mundos”.
Que las mujeres no tienen las habili-
dades necesarias, que su baja represen-
tación se resolverá con el tiempo, que
cambiar las reglas de selección significa
bajar los estándares de calidad y excelen-
cia, que no son competitivas o que les
interesa más la familia; mitos en torno
a la participación femenina hay cientos.
En 2014, un estudio del Banco Intera-
mericano para el Desarrollo (BID) enu-
En 2014, un estudio
del Banco Interamericano
para el Desarrollo (BID)
enumeró los mitos más
comunes y los desarmó
a base de evidencias
internacionales. A partir de
ello, se sabe que las mujeres
sí se interesan en las ciencias
y que son los estereotipos,
prejuicios y barreras
impuestas por sus propios
pares lo que les impide
avanzar en la igualdad en
sus campos laborales.
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Nº1 2016 / P.P.