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lítico requieren de la generación de una comprensión en el diálogo
transdisciplinario.
Esta perspectiva o enfoque transdisciplinario para la investigación apa-
rece en un momento crucial, respecto del cual sus planteamientos
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son
como una bisagra que articula las prácticas relacionadas con el estableci-
miento de alternativas para atender las demandas del derecho y la justicia
indígenas con la reflexión académica sobre la compleja relación entre las
normas y las prácticas, provocando un enriquecimientomutuo.
Desde entonces las acciones en torno a la cuestión de los derechos
indígenas han sido acompañadas de cerca por un quehacer académico
abundante y diversificado, que no solamente las describe sino que cons-
truye un andamiaje teórico, metodológico y crítico que ha contribuido a
dotar al tema de entidad
analítica.Almismo tiempo, el debate científico
sobre la tensión entre normas y prácticas -una tensión clave enmedio de
la crisis de los modelos de control social- ha dejado de ser una cuestión
de la filosofía del derecho para convertirse en un asunto de ética de los
derechos humanos que responde a las urgentes dinámicas de la realidad
en la región.
En efecto, en la década de 1980 concurren tres factores que contribu-
yen a llamar la atención sobre esta problemática: la emergencia de los
pueblos indígenas, la reforma del Estado, y la presión de la comunidad
internacional para generalizar nuevos estándares de relación. Estos facto-
res son como tres vértices de la arena o campo en el cual se redefine
entonces la cuestión étnica nacional enAmérica Latina
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.
La emergencia de los pueblos indígenas como nuevos sujetos sociales
y de sus organizaciones como actores políticos implica varios tipos de
dinámicas interconectadas, está por ejemplo la que viene determinada
por la construcción de una plataforma de lucha que se expresa finalmente
como una reivindicación de derechos, incluyendo desde la demanda de