Table of Contents Table of Contents
Previous Page  304 / 448 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 304 / 448 Next Page
Page Background

304

las personas se vinculan con el delito, así como los reclamos que se hacen

a la justicia ante la violación de derechos reconocidos. Los obstáculos,

los malos entendidos, los rechazos que algunos juzgadores expresan en

contra de la producción antropológica, no deben llevar a considerar que

no existe diálogo. Tan solo plantean la dificultad que conlleva abandonar

el confort que provee moverse dentro de los márgenes de la propia disci-

plina. Derecho y antropología son ciencias enmovimiento porque ambas

tienen como su principal objeto las cuestiones humanas; por tanto no de-

ben escapar a su permanente transformación, repensándose a sí mismas

continuamente para acompañar los cambios sociales. Con pequeños ges-

tos tal vez sea posible alcanzar las transformaciones deseadas. Mayor

será la lentitud en el proceso de reevaluación epistemológica de criterios

por los cuales se justifica o se invalida el conocimiento producido. Princi-

palmente, los conceptos de objetividad, realidad y justificación parecen

ser los núcleos duros de la interdisciplinariedad. Pero estoy convencida

que sin puentes que nos acerquen a las personas para intentar compren-

der cabalmente los significados que dan a sus vidas, no lograremos derri-

bar las fronteras que nos impiden el diálogo interdisciplinario.

Notas

1

La

Asociación de Comunidades Aborígenes Lhaka Honhat

está integrada por

más de 40 comunidades de cinco pueblos cazadores-recolectores-pescadores

asentados en la región del Chaco argentino, a orillas del río Pilcomayo en la provincia

de Salta, límite internacional con las Repúblicas de Bolivia y Paraguay. En 1984

solicitó un título colectivo del territorio de uso tradicional. En 1991 el gobierno

salteño se comprometió por decreto a entregar ese título a nombre de todas las

comunidades, pero nunca cumplió. En 1995 la Asociación acudió a la justicia para

reclamar por sus derechos. En 1998 el caso fue remitido a la Comisión Interamericana

de Derechos Humanos, después de haberse agotado los recursos judiciales internos.

En 2006 la CIDH admitió la petición y en 2012 dictó su Informe de Fondo en el cual

se insta al Estado argentino a cumplir con sus recomendaciones; entre ellas, la

titulación del territorio y el control de alambrados y corte ilegal de madera. Luego de

sucesivas prórrogas concedidas por la CIDH al Estado, transcurridos veintidós

meses, persiste el incumplimiento.