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Dado este paso, nos preguntamos si era posible tender puentes de
colaboración entre autoridades indígenas y funcionarios del sistema judi-
cial: ¿Qué mecanismos podrían proponerse para acortar la distancia
cognitiva y cultural entre sistema judicial y pueblombya? Entendemos, en
primer lugar, que debe existir por parte del primero un reconocimiento
expreso de la capacidad deliberativa del segundo. Y, tomando provecho
de ello, abrirse a dar participación a las autoridades del pueblo, a través
de sus instituciones, en el proceso judicial. Por su parte, la comunidad
resolvió colaborar con el sistema judicial aportando información de testi-
gos. Para ello, un grupo de jóvenes emprendieron la realización de una
serie de entrevistas (29 hasta el momento) filmadas y registradas en forma
manuscrita en un cuaderno (Carrasco, 2013b).
En suma, se trata entonces de pensar creativamente en qué o cómo
ofrecermecanismos que favorezcanuna razonable satisfacción a la deman-
da de investigación judicial formulada por quienes invisten el carácter de
custodios éticos de ese pueblo, teniendo presente su calidad de preexis-
tencia étnica y cultural al Estado, que conserva todas o partes de sus
instituciones socioculturales.
El proceso está abierto aún, de modo que lo dicho arriba debe enten-
derse como una oportunidad para construir un diálogo intercultural e
interdisciplinario para un acercamiento entre campos cognitivos
artificialmente distanciados.
Entre la etnografía y el litigio. Más allá o más acá de las propias
certezas: la cuestión del diálogo interdisciplinario
Espero haber demostrado, con ejemplos etnográficos, la complejidad
que acarrea el trabajo interdisciplinario entre antropología y derecho, prin-
cipalmente desde el objetivo compartido de propender a una justiciamás
integral. La etnografía es una herramienta útil para que los operadores del
derecho alcancen un conocimiento complejo de las circunstancias en que