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maltratos, incumplimiento de obligaciones como cónyuge y padre, alco-
holismo y adulterio, entre otras acusaciones. En estas circunstancias, se
ha comprobado que ambas autoridades, tanto las indígenas como las del
Estado, promueven la conciliación de la pareja y el mantenimiento de la
vida familiar, aún en contra de los deseos y agravios que manifiestan las
mujeres. También en la Sierra Norte de Puebla sucede que, en casos de
agresión sexual -que por lo general es cometida por conocidos, familiares
o amigos de lasmujeres indígenas que denuncian- estas tienen que probar
que el delito no fue provocado por ellas, llegando incluso a la situación de
que la denuncia se considera válida si los funcionarios judiciales estiman
que la mujer tiene buena reputación (Martínez Corona y Mejía Flores,
1997). Una situación similar se ha estudiado con referencia a las prácticas
de la justicia en Bolivia, donde mujeres de las clases populares que han
sido violadas, presentan una denuncia, y los funcionarios judiciales esti-
man que los hechos ocurrieron porque ellas provocaron la situación (Ba-
rragán et al., 2005).
Un caso interesante de persistencia de ideologías de género patriarcales
es relatado por Soledad GonzálezMontes (2010), quien comenta que en
el año 1982 el juez municipal de un municipio en el estado de México,
consideraba que las mujeres no tenían que acudir solas al juzgado, sino
acompañadas por sus padres o maridos que las representaran en el pro-
cedimiento judicial. Según esta autora, el juez estaba aludiendo a una
normatividad que estuvo vigente en el siglo XIX, que establecía que las
mujeres solo podían participar en un litigio con el permiso de sus esposos,
pero que ya no aparecía en las leyes que se emitieron en el siglo XX. En
síntesis, lo que aparece en el análisis de casos y del procedimiento judicial
que hemos observado y analizado en los expedientes judiciales, es el he-
cho de que la presencia de las ideologías asimétricas de género en los
funcionarios judiciales incide en lamanera de considerar, juzgar y aplicar
las normas. Esto también ocurre en las conciliaciones indígenas que tienen
lugar en las comunidades, debido a que las autoridades indígenas también
comparten las concepciones hegemónicas sobre el género. Por ejemplo,