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a pesar de la incidencia de la violencia naturalizada hacia las mujeres -en

forma particular en conflictos al interior de las familias- las autoridades de

las comunidades, al tratar un caso de disputa presentado por las mujeres,

no le danmayor importancia a las distintas formas de violencia que ellas

sufren (Sierra, 2004a).

Por otro lado, es necesario tener en cuenta que al ser el derecho crea-

dor de subjetividades, esto influye en la manera en que los usuarios del

derecho llevan a cabo sus prácticas jurídicas, tanto como las representa-

ciones que se generan en relación con ellas. EnMéxico y en Bolivia se ha

constatado que (en el contexto de violencia y pobreza estructural de las

familias indígenas o pobres que viven en el campo y las ciudades), se

denuncia a un esposo ymarido por violencia doméstica a unamujer de la

familia, pero luego se retira esta denuncia para que el hombre no termine

cumpliendo una sentencia penal; esto se debe a que, siendo el hombre el

proveedor debido a su trabajo, su reclusión en la prisión reduciría aún

más el limitado ingreso familiar. Otra estrategia para evitar que se aplique

una sanción penal reside en buscar una conciliación judicial, sin realizar

una denuncia formal (Barragán et al., 2005). Las ideologías de género de

los usuarios del derecho se manifiestan también en forma de sanciones

sociales informales, como el chisme y las habladurías que tienen lugar en

las pequeñas comunidades rurales, por medio de los cuales se pone en

cuestión el honor y respetabilidad de las mujeres que de alguna manera

han resultado transgresoras de las normas, o que por alguna circunstancia

no cumplen con los requisitos locales del deber ser genérico. Por lo tanto,

en las poblaciones rurales es común que se considere que la mujer sepa-

rada del marido no puede vivir sola, y esto ocasiona numerosos conflic-

tos, ya que las mujeres tienen que continuar residiendo con la familia del

marido, o trasladarse a vivir con sus propios padres (González Montes,

2010). En situaciones extremas, la tensión derivada de las condiciones de

vida en el grupo familiar puede ocasionar que las mujeres sean acusadas

de diferentes delitos, y por lo tanto, cumplir varios años de sentencia en

prisión (Chenaut, 2010).