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En lo referente a arquitectura es preciso encontrar algunos elementos de diseño simple y
materiales de construcción nobles que respondan plenamente a las características de la isla,
de sus habitantes y de su clima. Debe encontrarse el “color local”, la forma, la funcionalidad
que exprese con dignidad un presente que tiene un tan noble pasado.
La vivienda “cajón” con techo a dos aguas, el fierro galvanizado, el pizarreño acanalado, la
madera tableada no parecen contener la respuesta que buscamos.
Las piedras volcánicas rojas, negras, verdes y grises trabajadas en grandes bloques a la
vista, limitando su absorción de humedad y su capacidad de asilar insectos, los espacios
intermedios, la ventilación, transversal, las ventanas pequeñas, las grandes sombras, las
perspectivas marítimas y volcánicas, las relaciones patriarcales, el hogar común, etc.,
parecen contener parte de la solución que deseamos encontrar.
En el aspecto urbano debemos buscar también los elementos aglutinantes que asocien la
comunidad, que produzcan la fricción suficiente para que prospere el genio y el ingenio.
Falta continuidad en la conformación del espacio mayor que aglutine las viviendas, faltan
espacios duros, plazuelas, lugares de encuentro con imanes e hitos atractivos y auténticos,
faltan sombras, faltan marcos y perspectivas, falta arquitectura urbana de nivel aldeano.
Curiosamente es imposible actualmente tomar una fotografía que represente a Hanga-Roa
o a cualquier otro lugar con nombre. Tal vez el leprosario sea la única excepción.
Con los requerimientos proporcionados por cada una de las islas, es la Isla Territorial la
responsable de componer la estructura del todo, en la cual se desarrollara cada una de ellas.
La Isla Territorial es la que debe realizar el Plan Director de la isla y someterlo al ajuste que
las islas restantes consideren adecuado para su propio desarrollo.