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La Isla Tropical puede representar para nuestro país un jardín botánico en el cual, en toda
su extensión, prosperen todo tipo de especies vegetales, seleccionadas con gran cuidado
ecológico, de las variadas vegetaciones que existen en el mundo, eligiendo las más hermosas,
coloridas y exóticas en el trópico de cada continente.
Este jardín botánico al aire libre, en su ambiente climático apropiado, sería una muestra
compacta, para turistas e investigadores, del más alto interés.
La Isla Tropical puede complementar el jardín botánico con un zoológico al aire libre de
fabulosos animales, aves e insectos de la misma condición climática, tanto terrestres como
acuáticos, lográndose así un espectáculo único en el mundo. Se abriría un gran campo de
investigación para entomólogos, zoólogos y ecólogos.
El incomparable aislamiento de la isla, permite mantener un adecuado control de las
especies y el estudio de sus hábitos sin contaminaciones exteriores y con relativas ventajas
en el control de su manejo.
En el último siglo se ha introducido a la isla un cierto número de especies vegetales, animales,
aves e insectos del continente que, en su mayoría, no aportan nada. Tiuques, gorriones,
conejos, eucaliptos, guayabos, pinos, no parecen ser reales aportes, ni enriquecimientos.
Papagayos, flamencos, mariposas, faisanes, pavos reales, aves del paraíso, canarios, etc., en
libertad, más una gran gama de animales exóticos en semi-libertad en parques con especies
forestales y florales tropicales harían de esta isla un museo viviente incomparable a nivel
mundial.
No se descarta la posibilidad de un acuario con especies marinas animales y vegetales de
igual característica.
La autoridad de la Isla Tropical debe mantener una especial coordinación con la Isla
Arqueológica y Científica y proporcionar sus realizaciones como atractivos a la Isla Turística.
Debe convivir con la Isla Territorial, la Isla Silvo-Agropecuaria, la Isla Pesquera y la Isla
Transpacífica.