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7.- La Isla Transpacífica

El mundo occidental tardó mucho en descubrir la Isla de Pascua. Ello sólo ocurrió en el

Domingo de Resurrección del año 1722, por parte de Jacobo Roggeveen, un navegante

holandés.

Durante más de un siglo esta pequeña isla no parece haber interesado mayormente a

ninguna potencia colonial. Su aislamiento, su poca población, su falta de riqueza material,

seguramente influyeron en este abandono.

Su extraña cultura milenaria, su inexplicable historia, sus indescifrables escritos, sus

desconocidas técnicas, sólo suscitaron la universal curiosidad y provocaron un insondable

misterio, pero ninguna nación se interesó en defenderla de los aventureros, esclavista y

mercaderes.

Solo en 1863 la Iglesia Católica, con sus misiones, decide llevar alivio y control a la

desamparada isla terriblemente saqueada y donde ya casi no quedaban habitantes.

A partir de 1870, nuevos aventureros intentan dominar la isla, expulsan a las misiones y

prosiguen el saqueo. La población en 1878 sólo es de 111 habitantes.

Sólo en 1888, por intermedio de Policarpo Toro-Mazote, la Isla de Pascua se incorpora al

territorio chileno.

Esta Isla Transpacífica se encuentra a 3.700 km. de las costas de Chile Continental y a una

distancia similar de Tahiti. Ella está en el paralelo de la ciudad de Copiapó (Chile) y en el

meridiano que pasa por el Golfo de California, en México, y por el Estado de Colorado, en

los USA.

La distancia que la separa de Panamá y México es levemente superior a la que hay con Chile

Continental.

Nueva Zelandia, Australia y Hawai se encuentran al doble de esta distancia hacia el nor-

Poniente, al poniente y al sur-poniente respectivamente.

Isla de Pascua es la última isla al oriente de la Polinesia y a la vez la última isla al poniente

de América del Sur.

Actualmente [1982], por barco, esta Isla Transpacífica no está en la ruta de ninguna línea de

navegación regular.  Dado que no tiene puerto, ni carga, ni gente, no interesa a las líneas que

van y vienen del Extremo Oriente a Sud-América, ni de Australia a Norte y Centro América.

Sólo pasan ocasionalmente algunos yates de alta mar en son de aventura y algunos barcos

de turismo. Tal vez una vez al año. Desde Chile Continental, una o dos veces al año, viene

un barco con este preciso destino.

Actualmente, por avión, esta isla sólo recibe dos aviones LAN, de pasajeros y carga menor

por semana, en tránsito hacia Tahiti desde Santiago. De vuelta sólo uno por semana pasa

por la isla.

Estos aviones no combinan adecuadamente con ninguna línea aérea chilena o extranjera,

ni en Santiago, ni en Tahiti.