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1.- La isla arqueológica (y científica)
Esta isla es seguramente la más rica porción de tierra arqueológica existente en el universo.
Es en sí un extenso museo, es un compendio de la historia del hombre, es un altar a nuestros
antepasados.
Las áreas de mayor riqueza y densidad de vestigios deben ser reservadas y protegidas como
un tesoro de cultura.
Algunos de estos vestigios deben ser restaurados en diversos puntos de la isla, seleccionando
cuidadosamente expresiones de cada época, sin dañar las otras que están entremezcladas,
con el propósito de restituir algunas imágenes tangibles del pasado para los expertos, los
aficionados y los visitantes.
El resto debe permanecer intacto para permitir futuras y permanentes investigaciones.
Las áreas de menor densidad de vestigios y todo el resto de la isla debe estar sometida a una
legislación protectora que permita con agilidad la recuperación de reliquias arqueológicas,
la investigación complementaria, la protección de sitios puntuales, la mantenimiento de los
conjuntos y su fácil accesibilidad.
En esta isla se requiere un gran centro de estudio de alto nivel universitario, en la línea
que actualmente tiene el Centro de Estudio de la Universidad de Chile, ampliado con
laboratorios, aulas, biblioteca, museo de “piezas”, salas de trabajo, salas de conferencias y
congresos, casas de huéspedes, etc., para la concentración de investigadores permanentes y
esporádicos de todas las universidades chilenas que lo requieran y para los grandes centros
de investigaciones de todo el mundo en todas las materias propias y afines.
EnesteCentrodeEstudioUniversitariopuedentenercabidamuchasciencias, investigaciones
y artes, además de las arqueológicas, tales como: Antropología, Geología, Climatología,
Sismología, Vulcanología, Espeleología, Historia, Etnología, Entomología, Ornitología,
Botánica, Oceanografía, Sociología, etc. y todas sus derivaciones tecnológicas y artísticas.
La autoridad de esta isla debe aprobar, al igual que las de todas las demás islas, toda obra y
toda actividad que se desarrolle en todo el territorio isleño. Debe con agilidad proporcionar
las alternativas y modificaciones que sean necesarias, cuando requiera oponerse a alguna
realización en protección de sus reliquias, de sus recursos, o de sus funciones.
Esta autoridad no puede ser pasiva o contemplativa, debe concurrir en la búsqueda de las
soluciones que precisan las otras seis islas, con igual nivel de decisión y responsabilidad,
dentro de un Plan Director Multisectorial que conjugue todos los intereses de cada isla,
en el contexto de la Nación, más allá de los niveles regionales, a ninguno de los cuales
realmente pertenece.