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2.- La isla turística
Esta isla cuenta con numerosos recursos turísticos de carácter universal, con la condición
de “exótico”, de “único”, de “histórico”, de “prestigio” y de “cósmico”.
Estos recursos turísticos son proporcionados fundamentalmente por cada una de las otras
islas y deben ser explotados, administrados y equipados por la Isla Turística.
La isla arqueológica proporcionará un cierto número seleccionado de restauraciones, sin
reparaciones ni retoques, para el turismo en general no especializado, ubicado en diferentes
puntos de la isla y con clara selección de épocas y períodos culturales. Podrán restaurarse
“ayus”, aldeas, lugares ceremoniales, viviendas con sus entornos de gallineros, campos
de cultivos y hogares, cavernas, canteras, plazas, caletas, mercados, etc. Todo ello en un
número suficiente para causar el impacto visual requerido y la imagen objetiva de la realidad
histórica y prehistórica de la cultura pascuense.
Complementariamente, para el turismo selectivo, la isla arqueológica puede proporcionar
áreas con material de investigación, en la disposición en que ellos se encuentran, sin
restaurar, pero con facilidades para la observación y el análisis.
El o los museos de la Isla Arqueológica, como también el propio Centro de Investigación
Universitaria, los laboratorios, las excavaciones exclusivas, las jornadas de estudios y
los propios investigadores representan otras tantos recursos turísticos que deben ser
considerados como posibles aportes a la Isla Turística.
Esta debe coordinar estos aportes con todos los otros recursos turísticos que proporcionen
las otras islas y los propios debiendo administrarlos y equiparlos, dentro de paisajes de
volcanes, paisajes marítimos y paisajes urbanos, suburbanos y rurales.
Esta isla debe preocuparse de resolver el problema del alojamiento y comida para el gran
turismo y el turismo juvenil en base a pensiones lugareñas, pequeños hoteles y albergues de
costos moderados, sin perjuicio de hosterías y hoteles de lujo para el turismo de las clases
adineradas y exclusivistas.
Esta isla debe proporcionar una fácil y cómoda accesibilidad a sus recursos turísticos y
complementarlo con todos los elementos de textos, relatos, planos e informaciones que se
requieren para comunicar en corto plazo el máximo de los grandes valores que contiene su
territorio.
El turismo no especializado requiere también de exóticas playas para complementar la
imagen que existe en el mundo de las islas tropicales. Es imprescindible acortar la “distancia-
tiempo” de las blancas playas de Anaquena, flanqueadas de cocoteros (plantados), y ponerlas
a disposición inmediata del turista y no dejarlas como paseo-aventura a varias horas de mal
camino. Es necesario equiparlas con una caleta de yates y espacio para deportes acuáticos,
entretenciones, restaurantes, cafetería, hoteles y residenciales. Allí debe desarrollarse un
balneario que pueda ser la base de un nuevo núcleo de asentamiento humano en la isla.
No es imposible estructurar otras playas similares, en la Costa Sur y en la Costa Poniente,
con arenas artificiales o provocadas, de colores que pueden ir del negro al rojo de acuerdo a
las características geológicas del suelo de la isla.
El solaz de las playas con paisaje tropical ubicadas con sobriedad, sin negar el duro paisaje,