mo reconoce que entre sus colegas existía conciencia de que algo an–
claba mal
y
las acciones en el Caribe estaban afectando todas las rela–
ciones dentro del Hemisferio, Incluso más, los críticos de dentro
y
de
fuera del país reflejaban una idea exagerada de lo que realmente la
Diplomacia Americana podía lograr, El resultado fue que
"By 1921
the
experience which we had with intervention in the Caribbean made tñe
idea of assuming new responsabilities unattractive",30
Al final, las advertencias de John Adams resultaron clarividentes.
El dilema de W,ilson simboliz.a las paradojas del Liberalismo. Es–
tas, difícilmente podrían superarse mediante una extensión de sus idea–
les económicos
y
políticos a través de una política de puertas abiertas,
hacia la expansión. La primacía de Estados Unidos
y
el
liberalismo
clásico aparecían como dos términos de una contradicción de fondo.
La primera significaba un liderazgo mundial
y
la segunda un progre–
sivo bienestar social en el plano doméstico. En ambos casos, los desór–
denes internos
y
las rebeliones en países extranjeros aparecían como
una amenaza para el progreso interno
y
la seguridad de la nación. La
respuesta más inmediata fue
el
moralismo
y
el imperialismo pater–
nalista.
Como fruto de este balance de Ía expansión:
"American Liberalism's definition of Democracy as it pertained
to self determination and colonialism lost much of its democratic
content once it moved beyond Western Europe. Colonial socie–
ties began to realize the America's Anticolonialism neither im–
p1ied nor offered freedom from extensive and intensive foreign'
influence".
31
,En
el,
plano doméstico, una nueva iedefinición del "laissez nous
faire" provocará una modificación del papel del Estado en la econo–
mía que se acrecentará a través de la asociación entre las corporaciones
públicas
y
privadas, para introducir la política en la orientación de
lá "mano invisible".
Esta especie de mercantilismo avanzado afectada la futura política
exterior de la siguiente manera:
"In thinking of economic activity in terms of the system, whi1e
at the same time keeping their basic capitalistic coricept of eco–
nomic life; such men as Hoover, Hughes, and Stimson, éIripha–
sized that overseas economic expansion of the system was
30
Munro, Ibid., p. 122. Para una interpretación similar, ver: SamueI
Flagg Bemis, Latin America Policy of tbe Unitéd States: an Historical
Interpretation (New York, 1943).
" 31
William Appleman WiUiams, TÍte Tragedy of American Diplomacy
(New York, 1962), p. 102, ver: Donald M. Dozer, Are We Good Neigh–
hOrs: Tbree Decades of Iriter American Relations, 1931-1960 (Gaines·
vilIe,
1959).
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