..
ñas. .. No hemos sido capaces de controlar los acontecimientos en
Tailandia o Por,tugal. Ni pudimoo obligar a Israel a otorgar ciertas con.
cesiones" ... "La única solución, según Hoffman, es que los Estados
Unidos probablemente deberán aceptar un grado considerable de des.
centralización de la política exterior".
49
'
Por una parte, quizás este tipo de "descentralización" pueda contri.
buir al fortaleCimiento de nacionalismos constructivos
y
regionalismos
integradores que, en último término, se transforman en elementos esta.
bilizadores del sistema internacional.
Por otra parte, esta nueva forrria de entendimiento' podría inter–
pretarse como una simple estrategia designada
'a
preservar una >situa'.
ción de condominio. En otras palabras, la distensión podría concep.:.
tualizarse -al decir del profesor RobertOsgood- como "una estrate–
gia para mantener un sistema internacional en el cual Estados Unidos
pueda retener su influencia global a un reducido nivel de esfuerzo y
a un limitado riesgo de enfrentamiento armado".
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Esta última visión ha sido exagerada por los analistas chinos y al.
gunos dependentistas, los cuales ven en esta retirada de Estados Uni.
dos del primer plano de la política mundial, un símbolo, del fin del
hegemonismo y de la emergencia del Tercer Mundo como el actOr más
relevante en la política mundial.
51
A pesar de estas exageraciones, es un punto de vista que merece
atención, sobre todo en el sentido señalado por Robert Osgood.
El fin de l,a descolonización, la experiencia de Vietnam, Watergate,
la crisis de la energ'ía provocada por los países de la OPEP (Organi–
zación de Países Exportadores de Petróleo) y la crisis de recursos y
el medio ambiente, agitan la imaginación y expectativas del Tercer
Mundo. En general, sus dirigentes coinciden que en la actualidad exis–
te una mayor posibilidad de presionar para la creación de un Nuevo
Orden Económico Int-ernacional. En relación a América Latina, esta
posibilidad ocurrió antes. Sabemos que una década atrás, Claudio Vé–
liz escribió: "La Guerra Fría ya no se aplica en las rel'aciones entre
Estados Unidos y América Latina".
52
El hecho principal según VéJiz es:
"'l'hat, whatevel' its causes, thel'e is at present a situation which
allows certain countries in certain circumstances to have greater
polítical mobility, and perhaps !)ower, than their limited mili·
tary and economic strength would suggest".53
49
Stanley Hoffman, Time, April
7, 1975,
p.
29.
so Robert E. Osgood, "The Consequences of Détente", Sais Review
•
(Winter,
1973),
cit. en Ibid., p.
119.
51
Ibíd.. p. 118.
También ver mi artículo "La Política Exterior de
China y El Tercer Mundo", en Panorama de la Política Mundial, op. cit.,
pp.
76-118.
Ed. Walter Sánchez, Edit. Universitaria,
1977.
52
Claudio Véliz, "Foreign Policy and The Rise of Latin American
Nationalism", Australian OutJook (Decembe¡',
1969),
p.
141.
53Ibíd., p.
142.
'
29