DISCURSO DEL COMANDANTE EN JEFE DE LA ARMADA Y MIEMBRO DE LA H.
JUNTA DE GOBIERNO, ALMIRANTE JOSE TORIBIO MERINO CASTRO.
"Es para mí un gran honor inaugurar este tercer Seminario Trans-Pacifico, por la
especial significación que tiene para Chile y para su actual política exterior, de apertura y
reafirmación, en sus relaciones con los países que enmarcan la cuenca oceánica más vasta
del planeta.
Se reúnen en esta oportunidad científicos expertos, académicos universitarios y
representantes privados u oficiales de un conjunto muy amplio de naciones, en muy
diversas etapas de desarrollo individual, expresiones en el mundo de hoy de una muy rica
gama de las más altas formas culturales alcanzadas por la civilización en su decurso y a las
que ligan las circunstancias de estar vueltas, por igual, de cara al Océano Pacifico, mar
común a todas ellas.
En cierto modo, esta preocupación de la ciencia, la tecnología y la investigación en
el transporte, el comercio, las riquezas extractivas o las comunicaciones trans-pacíficas
constituye un regreso evocador de aquellos balbuceante.s contactos, orilla a orilla, que la
audacia y el afán de horizontes, tan típicamente humanos, tendieron milenios atrás,
llevando o trayendo en frágiles embarcaciones de las todavía más frágiles primeras luces
de la estirpe del hombre".
"Este mismo océano gigante, que en los albores de la prehistoria sirvió de torso
comunicador a esos afanes y que,
m~s
tarde, se troc6 en brecha separadora, vuelve a
convertirse en promesa de unión gracias al progreso de estos tiempos, a tal punto que
podemos vislumbrarlo como un nuevo e inmenso Mediterráneo, llamado a desempeñar, en
el futuro cercano, similar función a la que desempeñara, otrora, dicho mar en el viejo
hemisferio.
Para Chile, que participa de este círculo de aproximación trans-pacífica, aportando
uno de sus más extensos segmentos de litoral, el tema demanda con mucha fuerza su
interés por las proyecciones históricas y económicas que encierra.
Históricamente, refleja el retorno a una política internacional de nuestra patria,
seguida con éxito y firmeza en el siglo pasado, que se estructuró robre la base de una
sostenida presencia en el mar. Así, Chile reencuentra ahora su destino, después de haberse
desviado de él al desconocer, por décadas, su rol en el Pacífico, elemento consubstancial
de la ch ilenidad.
Este reencuentro, que pudo ser tardío, resulta urgente y oportuno gracias a que,
precisamente ahora, el proceso de integración económica y cultural del Pac¡,fico se halla
en pleno periodo de gestación y es relativamente reciente la torna de conciencia inter–
nacional en torno a las enormes potencialidades de su cuenca".
"La validez actual de una pOlítica común para el pacífico se afirma en la extra–
ordinaria expansión económica de la zona, hacia la cual
conver~len
naturalmente grandes
potencias, como los Estados Unidos, China, la Unión Soviética, Australia o Japón, y que,
por eso mismo, detenta (ndices de crecimiento muy elevados y la más alta concentración
de poblaci6n mundial,
Si a esta amplitud y dinamismo de la zona, añadimos sus aún no mensuradas
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