Los pa{ses andinos paulatinamente desarrollaron un fuerte y legítimo interés en la
zona oriental del Pacífico vecina a sus costas, en sus recursos y su impacto en la vida yel
bienestar de su gente y han tomado significEtivas iniciativas, tales como en el caso de
Perú, Ecuador y Chile, en lo que respecta a los I(mites del mar territorial y la soberanía y
control de los recursos del océano y del lecho marino. Dos de aquellas potencias, Ecuador
y Chile, gobiernan territorios isleños.
En forma análoga, Australia y Nueva Zelandia, durante el actual siglo han extendido
su rol en la zona occidental del PacíficO, no sólo en un comercio extenso pero también en
la administración de territorios isleños y en las actividades de la Comisión del Pac¡'fico
Sur. Esto y la creciente importancia para Australia de los paIseS asiáticos al norte de
nuestro continente se refleja en el desarrollo de la Escuela de Estud ios del Pac(fico de la
Universidad Nacional de Australia.
Curiosamente, sin embargo, para la mayor parte de los Australianos de un lado y
probablemente para la mayoría de los pueblas de los países Andinos al otro lado, el
Pacífico Sur parece llegar a su fin, en la práctica, en los alrededores de Tahiti y la
Polinesia Francesa.
El continente Antártico ha proporcionado una de las pocas áreas donde, en los
campos de la exploración y la investigación científica, se ha desarrollado un contacto
sostenido trans-pacífico y una cooperación sustancial.
Desde hace un tiempo ya América Latina ha hecho esfuerzos por romper estas
barreras. Empezaron los latinoamericanos
íl
mostrar un genuino y creciente interés in–
telectual en el Pacífico occidental, que a su vez dio lugar a la convicción que podr{a haber
ganancias mutuas en el intercambio de experiencias con algunos pa(ses del Pac(fico Oc–
cidental. Este interés se reflejó en el establecimiento de varios centros de estudios del
Pacífiro y Asia Oriental en las universidades latinoamericanas.
Los australianos, a pesar del crecimiento de sus relaciones diplomáticas y el in–
cremento de su comercio con Sud América en los últimos años, han sido lentos en
mostrar un interés recíproco, pero esta situación ha estado cambiando en los últimos
años, y hay ahora una creciente percepción del valor potencial de un intercambio y de un
diálogo fructífero ron países de América del Sur y en espeCial, con aquéllOS de la Cuenca
del Pacífico.
Fue la convicción de que había una urgente necesidad de mejorar nuestros ronoci–
mientos y nuestras relaciones ron los vecinos trans-pacíficos, y que el momento era
propicio en condiciones de la creciente conciencia en Australia de América Latina, lo que
incentivó a un grupo de australianos representativos a principios del año p:¡sado a fundar
la Sociedad Australiana de Estudios Latinoamericanos.
Los objetivos de esta Sociedad son el fomento del interés, investigación y enseñanza
en el campo de los estudios latinoamericanos, y de las relaciones culturales, científicas y
educacionales entre Australia y los pa(ses de América Latina. La reacciÓn de sectores
académicos, profesionales y empresariales en Australia ha sido alentadora e indicativa de
un creciente interés por p:¡rte de Austral ia en América Latina.
Se proyectó, romo base de nuestras actividades, una serie de Seminarios
Trans-PaC{ficos con participación de especialistas y autoridades de ambos lados del Pa–
cífico.
El seminario inaugural tuvo lugar en septiembre de 1974 sobre el tema de "De–
sarrollo y Dependencia: un Estudio Comparativo de Brasil e Indonesia". Y el segundo, en
juniO de 1975, sobre "Minerales a través del Pacífico: ¿Puente o Barrera? ". Desde su
comienzo fue esperanza de nuestro consejo que el tercer seminario sobre Transferencia y
Adquisición de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo Nacional en la Cuenca del Pacífico
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