académicos de ambos lados del Pacífico Sur: rectores de universidades australianas y
andinas, científicos con experiencia en organización, altos ejecutivos capaces de de–
terminar lo que es o no es factible en tales dignas empresas, Ellos participarán en este
seminario y una vez que haya concluido se reunirán en una mesa redonda, y cifro mis
esperanzas en que modelarán un proyecto concreto y práctico, quizás modesto, pero sin
duda posible que se transformará en la base del puente que todos deseamos construir a
través del Océano Pacifico. Es importante que los accesos al puente por cualquier lado
sean tan anchos como sea posible. Por parte de Australia el Consejo de Rectores de las
Universidades Australianas parecería la organización más adecuada para mantener un
diálogo, y la Sociedad Australiana de Estudios Latinoamericanos, cuya participación y
actividad se extienden más allá del mundo académico al comercial, financiero v círculos
profesionales, ofrece en todo momento su entusiasta cooperación.
Al darles la bienvenida a todos a nuestra discusión que, estoy seguro, será ab–
sorbente y meritoria, y quizás en forma modesta, histórica, quisiera dejar con ustedes el
siguiente pensamiento.
Hemos estado involucrados en intercambios académicos, tecnológicos y cienHficos
por un tiempo lo suficientemente largo para tener un poco de recelo de esquemas
grandiosos que sólo encuentran sustento en retórica, y que llevan en si' la semilla de una
inevitable frustración. Muy pocos países alrededor del Pacífico Sur están en condiciones
de renunciar a los servicios de tecnólogos altamente calificados o de intercambiarlos. Más
que un intercambio de tecnolog(a deben'amos estar listos para un intercambiC1
sistem~tico
de curiosidad y el deseo de cooperar el uno con el otro. Al fijarnos una meta razonable
podemos aumentar en una gran medida la posibilidad de éxito.
Gracias señores
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