tuviera lugar en Sudamérica. Gracias a la cooperación de la Comisión Andina de Educa–
ción Superior y del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas y con la ayuda
activa y entusiasta del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Ch ile,
esta esperanza se ha podido realizar.
Es altamente apropiado que este seminario internacional, en el cual esperamos
colocar las bases de un intercambio trans-pacífico y de una cooperación en varios
terrenos, se lleve a cabo en Chile, en Viña del Mar, y que la entidad organizadora sea el
Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile. Pues Chile siempre ha
estado a la vanguardia de Sud América en actividades e iniciativas en la región del Pacífico
y en los últimos años ha hecho de "la apertura al Pacífico" un elemento básico de su
política exterior y de su perspectiva global. Y es en este mismo salón que se hizo el primer
esfuerzo significativo de los últimos tiempos para tender un puentea través del Pacífico,
hace cinco años, en septiembre de 1970, con ocasión de la primera Conferencia del
Padfico, que con éxito reunió por primera vez delegaciones de muchos países a ambos
lados del gran océano para un encuentro de las mentes. Tuve el privilegio como Em–
bajador de Australia en Chile de estar presente en aquel momento y puedo por lo tanto
sostener el haber participado desde un principio en este movimiento de acercamiento.
La entidad organizadora, entonces como ahora, fue el Instituto de Estudios Inter–
nacionales de la Universidad de Chile. El dinámico inspirador y organizador de la Con–
ferencia del Pacífico fue el Profesor Claudio Véliz, el entonces Director del Instituto.
Desde entonces el Proferor Véliz ha pasado más de tres años en Australia fomentando un
mejor conocimiento y comprensión de América Latina, y fue una de las fuerzas vivas tras
la formación de la Sociedad Australiana de Estudios Latinoamericanos, la cual tengo el
honor de presidir. Es con profundo pesar mío y de los otros miembros de la delegación
australiana que por razones de familia no pueda Claudio Véliz asistir a este seminario, que
hasta cierto punto es producto de su pensar.
El proferor Véliz tiene, sin embargo, un eminente suceror como Director del Ins–
t ituto de Estudios Internacionales en la perrona del Profesor Francisco Orrego Vicuña.
Quisiera en nombre de la delegación australiana y, estoy seguro, de todos los presentes,
expresar al Profesor Orrego y a la comisión organizadora de este Seminario Internacional
nuestras fel icitaciones por la excelente organización y nuestro aprecio por el enorme
esfuerzo y el enorme trabajo involucrado.
También quisiera expresar la apreciación de ASLAS y de la delegación australiana a
la Comisión Anrlina de Educación Superior y al Consejo de Rectores de las Universidades
Chilenas, sin cuyo patrocinio esta reunión no habría podido concretarse.
Espero que en nuestras discusiones durante los próximos d (as podremos descartar
cualquiera noción de países donadores o recibidores de ayuda. Yo contemplo aquí una
conversación entre iguales, países que se enfrentan a través del Pac(fico, con mucho que
aprender uno de otro y mucho que enseñarse mutuamente en lo que toca a problemas
oceanográficos, zonas áridas, agricultura, investigación antártica y metereológica, así
como en las ciencias básicas, las artes y ciencias humanísticas y los problemas del hombre
en la rociedad.
En todos estos campos la Sociedad Australiana de Estud ios Latinoamericanos, cree
que hay amplias posibilidades para el intercambio de información y experiencia y de una
cooperación más activa.
Cómo se puede organizar este. intercambio, no es mi papel decir: hay otros
presentes mucho más calificados que yo para considerar las formas prácticas de
implementar tal intercambio. Tomando en cuenta la complejidad de tal empresa hemos
invitado no sólo a científicos y tecnólogos sino también a algunos de los más distinguidos
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