Ciencia y tecnología en la cuenca del pacífico - page 14

También el Consejo de Rectores de las universidades chilenas, organismo que agrupa
a las ocho universidades del pa(s, impulsa la coordinación y elaboración de políticas que
permitan transformar la educación superior en una herramienta activa del desarrollo
económico y social, proporcionando una respuesta meditada y madura a los muchos
problemas que aquejan a una sociedad en desarrollo. No podría dejar de destacar en este
contexto la muy eficiente labor desarrollada por el Inst ituto de Estud ios Internacionales
de la Universidad de Chile, que se ha transformado en un motor fundamental de la
cooperación universitaria trans-pacífico y de la presencia internacional de la Un iversidad
de Chile.
Este conjunto de esfuerzos revela que, no obstante las diferentes trad iciones cul–
turales de nuestros respectivos países, las diferencias id iomát icas o los distintos grados de
desarrollo económico en que cada uno pueda encontrarse en el presente, hay una preo–
cupación común que orienta el actuar de nuestras universidades: la necesidad de inter·
cambiar experiencias, y
II~ar
a un mejor conocimiento recíproco, en las diferentes áreas
del saber, que permitan integrar el pensamiento académico en función del futuro y poder
así diseñar aquellas ideas matrices que servirán de guía a la sociedad y a sus complejas
manifestaciones internacionales.
Para las Universidades chilenas tiene especial trascendencia el pensar en el futuro y
proyectar su pensamiento hacia las necesidades de una sociedad justa y ordenada de
acuerdo a los valores esenciales de la civilización occidental, con los cuales se identifica
nuestra cu Itura y nuestra historia.
El pasadO reciente de nuestro país fue demasiado amargo para centrar en él ninguna
definición de cursos de acción, ya que se trató de una experiencia marcada por el si'mbolo
de lo negativo, aún cuando en el extranjero continúan presentándose imágenes dis–
torsionadas sobre la realidad chilena. No interesa a nuestras universidades lo negativo del
pasado; por el contrario, interesa lo positivo del presente y del futuro, como expresión
creadora de una sociedad que aspira a desarrollarse en un ambiente de paz y respeto.
Nuestras instituciones universitarias, fruto de una depurada tradición intelectual y
académica que alcanzó niveles de excelencia en América Latina, fueron gravemente
afectadas por la lucha política y proselitismo, que no reparó en medios para alcanzar el
objetivo de ponerlas al servicio de ideologías determinadas. La misión esencial de la
universidad fue gravemente distorsionada, para convert irse en una expresión más de anta–
gonismo político, sin respeto alguno por la dignidad académica, la calidad de la enseñanza
profesional o la objetividad de la investigación cientl'fica o social.
La política universitaria del actual gobierno sólo aspira al restablecimiento de la paz
académica y a que las universidades vuelvan a su cauce normal, dedicadas a la enseñanza,
la investigación y la extensión con la objetividad y la seriedad que debe caracterizar a
quienes son auténticamente científicos y auténticamente humanistas, ¡Jara alcanzar así las
metas de bien común en que debe inspirarse la sociedad. La autonom(a académica se
mantiene en su plenitud en todos los centros universitarios del país, as( como la libre
expresión de las ideas y el carácter analítico que la universidad lleva como elemento
esencial de su alma.
Las únicas limitaciones que el Gobierno exige no son antojadizas ni arbitrarias. S610
son las restricciones naturales inherentes a todos los oentros universitarios del mundo que
se respeten como tales: que la autonomía no se transforme en un factor de en–
cubrimiento de actitudes reñidas con el quehacer universitario, corno el activismo
político o la actividad subversiva, que fueron los grandes vicios del sistema universitario
del pasado reciente.
Ustedes, señores, personalmente tendrán la oportunidad de apreciar que la marcha
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