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Destaca hacia el tercer milenio antes de Cristo (2100 a.C.) un médico
sumerio anónimo que describe para colegas y estudiantes una selección de
“remedios” que le parecen importantes. Las tablillas de arcilla de 16 por
9,5 centímetros y caracteres cuneiformes constituyen la primera farmaco-
pea de la que se tiene registro. Después de permanecer enterradas entre
la ruinas de Nippur por más de cuatro mil años, fueron descubiertas por
una expedición arqueológica que las entregó al museo de la Universidad
de Filadelfia.
La parte traducida –que fue publicada en 1940 como una monografía, “La
Antigua Farmacia de Nippur”– contiene más de 8.000 recetas empíricas
y enumera treinta elementos distintos en la forma de principios activos
elementales utilizados sin mezclar o para elaborar remedios compuestos;
menciona numerosas fórmulas y normas de elaboración y procesos far-
macéuticos para uso interno y externo, como extractos acuosos y oleosos,
infusiones de vino, pulverizaciones, ebulliciones, filtrados y unciones. El
texto describe diversas sustancias minerales, animales y vegetales, como el
cloruro de sodio (sal común) y el nitrato de potasio (salitre), la leche de
vaca, la piel de serpiente y la concha de tortuga, aunque la gran mayoría
corresponde a plantas, como la casia, el mirto y el tomillo, y a árboles
como el sauce, el peral, el abeto, la higuera y la palmera de dátiles, con-
siderada sagrada por todos sus beneficios. No obstante, las tablillas no
mencionan las enfermedades a las que se aplicaban los remedios, por lo
que no es posible comprobar su eficacia terapéutica.
Un estudio de alrededor de 800 tablillas, o partes de ellas, que contienen
material médico, de entre las 32.000 que en el siglo VII a.C. logró reunir
el rey asirio Assurbanipal en la biblioteca de Nínive, reveló la existencia
de unos 250 principios activos de origen vegetal, 120 de origen mineral y
180 de otras procedencias. Sin embargo, lo que destaca a esta civilización
no es la valoración de las materias primas propiamente tales, sino su mani-
pulación mediante diversos procesos farmacéuticos. Asimismo, el conoci-
miento teórico y la ejecución de las tareas farmacéuticas estuvieron a cargo
de profesionales diferenciados; en efecto, en Nippur, al menos durante el