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período babilónico, habría existido una calle dedicada exclusivamente al
comercio de fármacos.
A diferencia de lo ocurrido en otros pueblos europeos de la Edad Media,
lo que detuvo la investigación científica en Mesopotamia, más que un os-
curantismo religioso, fue la superstición del pueblo. Hacia 1700 a.C., en
tiempos de Hammurabi, la sanación se separó del clero, estableciéndose
la medicina como una profesión regular, con honorarios y condiciones
fijadas por ley. Del mismo modo, el Código de Hammurabi contemplaba
castigos y multas para quienes engañaban a los enfermos o causaban per-
juicios vendiendo medicinas falsas.
3.2. Egipto
La civilización egipcia surgió hacia 4300 a.C., derrumbándose en 1087
a.C. con la caída del Nuevo Rey. Tenía grandes semejanzas con la civili-
zación mesopotámica, que se hacían extensivas a la farmacia y la medici-
na, siendo también influenciada por espíritus y fuerzas malignas. Debido
a ello, en Egipto la medicina tenía una concepción religiosa, mágica y
empírico-racional, claramente diferenciadas entre sí, y era practicada por
el sacerdote, el brujo o encantador y el médico, respectivamente.
En Egipto, las enfermedades y su cura estaban más ligadas a creencias
religiosas y a las artes mágicas, en las cuales, en la mayoría de los casos, los
remedios
consistían en hechizos y encantamientos y confiaban para su efi-
cacia, en gran parte, en el
menjunje
o mezcla de ingredientes para formar
una sustancia.
Los egipcios utilizaban procesos químicos para la elaboración de
remedios
.
Entre los productos de la química egipcia, la “materia médica”, rica en sus-
tancias de todos los orígenes, ocupa el primer lugar en las prescripciones
de médicos y encantadores. Los laboratorios de los templos eran los sitios
en los que se fabricaban drogas, perfumes y ungüentos para las necesidades
del culto, como fumigaciones, purificaciones y unción de las estatuas; por
esta razón, se consideran precursores remotos de la oficina de farmacia. El