106
la posibilidad de experimentos con mejores perspectivas desde el
punto de vista médico. Aceptemos por tanto la complejidad de la
situación de tener que elegir el menor entre dos males.
No veo en realidad ningún otro camino que escoger aquel en di-
rección del progreso (aunque puede anticiparse que esta situación
humana de tener que escoger entre dos formas de culpa durará hasta
el fin de los tiempos): ¿qué sería un progreso? Un progreso sería en
mi opinión decidirse por la reciprocidad y la solidaridad contra la
fuerza y la sujeción. Tal decisión ha sido ya tomada en las afirma-
ciones precedentes y no la repito. De allí se deriva que también me
decido contra la autorización médica de una realización de eutanasia
y experimentos en personas obligada por mandato cuando no ocu-
rre por una decisión recíproca y un sacrificio voluntario, incluso en
la guerra.
Como en el mundo real una decisión sin culpa no es posible, sobre
todo porque está sobre el poder de la mayoría de las personas de-
cidirse voluntariamente al sacrificio de la muerte, permanece una
necesaria culpa (el soldado se decide a un riesgo voluntario, sólo ex-
cepcionalmente a una voluntaria muerte segura). Como además la
dirección del progreso no está señalada por ningún mapa, tampoco
salva esto del dilema a los que deben escoger. Esto muestra que la
elección misma es un riesgo e incluso el riesgo de la propia decaden-
cia. De allí se sigue que la elección entre dos formas de culpa es una
tarea viril. Poco viril sería afirmar que no se ha elegido y que por
ende se es inocente.
Podría parecer que la elección en dirección al progreso dependiera
más de una reflexión racional o del nivel de instrucción, factores que
en sí no serían de naturaleza moral. La reflexión y la instrucción son
también morales. Aquí debiera hacerse valer un principio reconoci-
damente moral para cualquiera. No se trata solamente que yo realice
1...,97,98,99,100,101,102,103,104,105,106 108,109,110,111,112,113,114,115,116,117,...213