4
DERECHO
INTERNACIONAL
le
atribuyen
tambin
sentimientos
perversos
o
anti-patriti-
cos, adis discu.siones
polticas.
Toda
controversia
de
esta
es
jiecie
se
convertira
luego
en una
polmica
ele
injurias,
tan
indecente para
los
contendores,
como
estril
i
fastidiosa piara
el
jieiblico;
a
lo menos
jiara
un
jiblico
culto
i
moral,
que
busca
en
las
producciones
de la
prensa
hechos
interesantes
o
ideas
tiles,
i
no un
cebo
a
la
malignidad.
Nos
acusa
tambin
El Mercurio de haber
hecho
tardas
declaraciones
sobre
una
materia
en
cjue
empezaron
a
ocujiar-
se
hace
un mes sus
columnas. A
nosotros
nos
pareci
que
los
rumores
de
mediacin
se
refutaban por s
mismos;
i
solo
en
vista
de lo
que inculcaba
aquel
peridico
da jior
dia
i
semana
jior
semana
sobre
la
mediacin,
nos
resolvimos
a
resjionder
algo
prematuramente
a sus
interpelaciones,
declarando desde
luego
que
no nos
propionamos
refutar
los
tales
rumores
ni
reducir
los hechos
a su
justa expresin,
i
anunciando que
llegara
la
poca
en
ejue el
pblico pudiese
juzgar
de ellos
por medio
de datos
autnticos.
Pero,
si
hai hechos ejue
redu
cir
a su
justa exjiresion,
si
hai
hechos sbrelos
cuales
se
ofre
ce
exhibir
datos
autnticos
algn
cha,
claro
es
(dice
El Mer
curio) que
algo
ha
habido;
quo
de
algo
se
ha
tratado;
cjue
las
noticias
no
han
sido
solamente
rumores;
que
la mediacin
no
ha
sido
pretendida.
Permtanos El Mercurio que
le
contestemos
ejue
ese
modo
de
deducir
consecuencias
no
hace
mucho
honor
a
su
ljica.
Conque,
si
las
noticias
cjue
corrie
ron
sobre
ese
algo
de
que
se
trat,
adolecan
ele
exajeracion
i
error,
no
sern
rumores, i
lo
que
es
jieor,
rumores
falsos i
mentirosos?
Conque,
si
hai
hechos,
es
pireciso
necesariamen
te
cjue
sean
hechos
de
una
esjiecie
i
carcter
particular?
A
vista
de
este
modo de
raciocinar,
no
extraamos
cjue
se
deduzca de
nuestras
observaciones,
no
solo que
existi
el
piroyecto
de
me
diacin,
sino que
el ministerio ele
relaciones
exteriores
lo
jiro-
jiuso,
i
tuvo
ademas mucho
emjieo
en
llevarlo
a
efecto. Con
semejante
ljica,
no
hai
principio
de que
no
piuedan
sacarse
todas
las consecuencias
imajinables.
liemos
dicho
(i
lo
repietimos)
que
toda
nrodiacion
jiroyectada
pror
la
repblica
de
Chile hubiera
debido
proponerse
a
los
dos
1...,455,456,457,458,459,460,461,462,463,464 466,467,468,469,470,471,472,473,474,475,...637