¿Hay o no hay una crisis en Chile?
-Yo creo que hay una crisis profunda que se mani!esta fun-
damentalmente en una situación que me parece muy grave,
que es la falta de con!anza ciudadana en las autoridades que
la representan. Particularmente y desde hace tiempo en el
Congreso Nacional, en los partidos políticos y ahora con esta
nueva fase en que se suma a la crisis que venía instalándose
al Ejecutivo, particularmente a la Presidenta de la Repúbli-
ca. Y a los ministros y funcionarios que están vinculados al
Ejecutivo. Es grave porque me parece decisivo que no hay
democracia representativa sin partidos políticos y cuando
digo no hay democracia representativa quiero decir que no
hay democracia. Sin representación canalizada a través de los
partidos, porque los partidos recogen anhelos, demandas, vi-
siones, y los procesan en una visión de país. Si no tenemos
partidos tenemos las demandas crudas de distintos sectores
presionando entre sí o un régimen corporativista en el cual
son los grupos de interés los que tienden a ser representados
para generar políticas particulares.
¿Desde cuándo viene esta crisis? ¿Cuándo se empieza a acu-
mular este descontento?
- Desde hace bastante tiempo, habría que estudiar con más
precisión el cómo se va decantando el proceso. Pero ya hay
voces muy críticas a !nes de los noventa, que hablan de la
concentración de poder en el Ejecutivo, el tema de la repre-
sentatividad, el problema de una política que no se hace cargo
de la historia, que trata de echar tierra encima de los proble-
mas y que se encapsula. El problema es que se tendió en el
inicio de la transición, y se fue agravando en el tiempo, a en-
capsular la toma de decisiones. Eso contribuyó a generar una
distancia entre el ciudadano que tiene que estar representado
y sus representantes.
¿Hay algúnmomento político, algún episodio de la historia de
Chile que se pueda parecer, con el cual comparar?
-Lo que más se mira en este momento es la crisis de princi-
pios del siglo XX, hay ciertas similitudes. Nunca una historia
se repite ni es cíclica, pero hay fenómenos que iluminan un
presente. La crisis de principios de siglo, en los años ’20, a mi
juicio es exagerado, en el sentido de que se han tomado las
voces críticas como la fuente fundamental y no se han mirado
otras dimensiones que son muy importantes. La conciencia
histórica actual es que el parlamentarismo produjo una crisis
tremenda en el país y que el país salió de esta crisis con el
régimen presidencial. Y el problema que tenemos ahora a mi
juicio es el presidencialismo, la concentración de poder en
el Ejecutivo, que viene de la constitución de 1925 pero que
se ha acentuado, y que ha impedido que el Congreso asuma
roles más relevantes y por lo tanto los parlamentarios sean
!guras clave en la sociedad política chilena. Eso para mí está
en el núcleo de la crisis actual. La crisis de representación tie-
ne mucho que ver con una toma de decisiones centrada en el
Ejecutivo, cerradamente procesada y con un debilitamiento
del Congreso. Lo que debería estar en la discusión actual es
el equilibrio de poder.
Para salir de este entrampe, entonces, habría que transitar
hacia un régimen político distinto.
-A !nes de los ochenta, cuando se inició el proceso de transi-
ción, incluso antes del plebiscito, ya había una discusión muy
interesante entre cientistas políticos e historiadores sobre el
“La crisis de representación tiene mucho que ver con una
toma de decisiones centrada en el Ejecutivo, cerradamente
procesada y con un debilitamiento del Congreso”
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