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antropológicas en las universidades del país, en las cuales a partir de los

años ‘60 del siglo pasado semultiplicaron las cátedras oficiales (de "pro-

fesores permanentes", y "profesores ocasionales") de disciplinas

antropológicas (esencialmente: "Etnología", "AntropologíaCultural", "His-

toria de las Tradiciones Populares"). Todo lo anterior facilitó la

autonomización de las investigaciones antropológicas, y una cierta sepa-

ración entre las diferentes disciplinas. No obstante este relativo distancia-

miento, el sector del "Derecho" al interior de la visión holística de la antro-

pología como estudio integral de la "Cultura"mantuvo su importancia, y se

pudieron promover algunas traducciones de libros clásicos de la antropo-

logía jurídica.En1972sepublicó la traducciónde famoso librodeBronislaw

Malinowski,

Crime and custom in savage society

, de 1926 (Malinowski,

1972). En 1973 se publicó la traducción del manual clásico deAdamson

Hoebel de 1954,

The law of primitive man. A study in comparative

legal dynamics

(Hoebel, 1973), y en 1977 apareció la traducción del

libro de Max Gluckman

Politics, law and ritual in tribal society

(Gluckman, 1977). Finalmente, en años más recientes se publicó el ma-

nual de Norbert Rouland,

Anthropologie juridique

de 1988 (Rouland,

1992) y el libro de Laura Nader

The living forces of law

(Nader, 2003).

Estos libros de carácter general y teórico ejercieron una gran influencia en

varios cursos universitarios de antropología y generaronmucho interés en

diversos juristas.

Uno de los primeros antropólogos italianos de la nueva generación que

se ocupó con intensidad de la antropología jurídica en sus cursos univer-

sitarios fue Francesco Remotti, de la Universidad de Turín. En 1982 este

autor dedicó un libro de carácter general al tema, insistiendomucho en las

cuestiones de teoría ymetodología, de terminología y clasificaciones, aña-

diendo también capítulos bien organizados de "estudios de casos", referi-

dos a los Nunamiut de Alaska, a los Banande de Congo, a los Tiv de

Nigeria, a los Barotse de Rodesia. Las fuentes utilizadas son propias de

este autor para los Banande, y deHoebel, Bohannan yGluckman para los

otros estudios de casos. En el capítulo inicial se ilustra con detenimiento el