V
iajeros
y
botánicos
en
C
hile durante
los
siglos
xviii
y
xix
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No fue fructuoso este intento de golpe de estado gracias, al
pronto retorno y la energía de O´Higgins y a que San Martín
y su ejército estaban ya a las puertas de Santiago. Todos estos
hechos demostraron lo peligroso que podía ser Rodríguez, la
fragilidaddelGobierno, lapequeñezde losnumerosos santiaguinos
acaudalados que solopensaron enhuirdel enemigoyno enfrentarlo
resistiéndolo con todos los medios a su alcance, como lo habían
hecho los vecinos deBuenosAires contra los invasores ingleses en
1806 y1808.O’Higgins desde el primermomento tras labatalla,
al ser consultado sobre una nueva retirada aMendoza respondió
con entereza: “Esta vez nohabrá retirada”. Ymientras tanto, don
Manuel Rodriguez en Santiagominaba la defensa y el gobierno
de la ciudad, bien defendida y gobernada por dos generales de
establecida solvencia y gran desempeño, Prieto y Cruz. Pocas
semanas después Rodríguez fue ejecutado y O’Higgins debió
sobrellevar, hasta ahora, las críticas y censuras por atribuírsele a
él la orden de la ejecución.
También se culpaadonBernardodeMonteagudode ser responsable
de lamuertede los hermanos Juan José yLuisCarrera enMendoza
ydediversos presos realistas, entre ellos el general realistaOrdoñez
en San Luis, Argentina
Al partir SanMartín a PerúMonteagudo se fue con él, colaboró
primero con SanMartín, después con Bolívar, hasta que un día
fue encontrado muerto, apuñaleado en una plazoleta frente a
una iglesia. No fue difícil identificar a los ejecutores del crimen,
el mismo Bolívar los interrogó y según el generalMosquera, jefe
del estado mayor de Bolívar y después presidente de Colombia
ordenó envenenar al ministro SánchezCarrión, autor intelectual
del crimen y luego… asesinar a quien lo envenenó. Después
perdonó al asesino de Monteagudo. El Napoleón de América
sabía resolver asuntos peliagudos. Al respecto, se narra que una
vezhizo fusilar aochocientos prisioneros realistas, exasperadopor
los reveses de los patriotas. Tiempo después acompañó y guió a
la patrulla realista que apresó aMiranda hasta la casa donde se
hospedada el ilustre Precursor, por considerar ya Miranda un
estorbo para la revolución independentista.
Muchos chilenos, ayer y hoy, exigen a los héroes de nuestra
independencia,méritos y virtudes comprensible esperar de ángeles
y santos ypor errores pequeños ode algunamagnitud, en realidad,
poco significativa en laperspectivahistórica, han formadobandos
casi irreconciliables. Los venezolanos y colombianos no sonde este
pensamiento y aceptan con inmensa gratitud lo que sus grandes
independentistasMiranda,Bolívar, Sucreymuchos otros lesdieron.
En Venezuela no hay un bando mirandista y otro bolivariano.
EnChile no se ha aprendido la lección venezolana y todavía hay
bandos que defienden u ofenden a héroes de la independencia.
