Viajeros y botánicos - page 285

285
V
iajeros
y
botánicos
en
C
hile durante
los
siglos
xviii
y
xix
hay testimonio de alguien que escuchara de don Bernardo tal
reconocimiento. Si él por las razones de prudencia invocadas por
los historiadores para explicar el silencio del héroe, no podía o
no debía reconocer su paternidad de Demetrio, sí podía firmar
algún documento para ser dado a conocer cincuenta omás años
después de sumuerte donde se confirmara esa paternidad.
Los historiadores para aseverar el parentescodeDemetrio condon
Bernardo se han basadoprincipalmente en el reconocimientode
doña Rosa (O’Higgins) Rodríguez Riquelme y en el testimonio
del coronel Luis Cruz quien escribió que le encomendaron ir a
buscar al hijo de donBernardo a la casa de doñaMelchora Puga
y a traerlo a laCasa deGobierno.Nadie duda de una declaración
del general Cruz, pero el sólo repetía la orden dada y en realidad
nopodía asegurar laveracidadde loque aparentemente atestiguaba.
Respecto a la afirmación que con la sirviente araucana Patricia
Rodríguez donBernardo tuvo en l807una hija a la que llamaron
PetronilaRiquelme, algunos de cuyos descendientes actuales llevan
el apellido Pequeño. De esto sí no hay ni lamenor evidencia. Al
menos a Demetrio don Bernardo lo sentaba a su mesa , doña
Isabel lo trataba como nieto, y doñaRosa como sobrino.No hay
testimonios similares referentes a la Srta. Petronila Riquelme.
Por las razones anotadas este autor prefierenopronunciarse sobre
tales paternidades, sólo afirmaquedonBernardono reconocióhijo
alguno y no hay testimonio fehaciente que indique lo contrario.
Este autor piensa queO’Higgins tuvo un solo gran amor Chile
y reconoció un solo hijo: ¡Chile!
Tal vez de don Ambrosio, su respetado padre, sería más fácil
encontrar descendencia en España, Argentina , Perú, países
donde vivióparte e sus añosmozos en los cuales parecía bastante
dispuesto a dejarse tentar por las encantadoras y, no siempre,
recatadas damiselas coloniales.
DonBernardoO´Higgins, donBernardo deMonteagudo y don
Manuel Rodríguez, tres personajes que el Destino unió , dos
cuales terminaron en forma trágica sus existencias:Monteagudo
y Rodríguez.
Monteagudo tiene ennuestropaísuna famano envidiable, derivada
de las acciones emprendidas por él contraquienes seoponían a sus
designios independentistas. EraMonteagudounnotable abogado
y militar argentino, periodista, además, nacido en Tucumán.
Tuvo participación destacada en los procesos independentistas
de Argentina, Alto Perú, Chile, Perú. Argentina reconoció sus
servicios erigiéndole un monumento en Buenos Aires en la
plazoleta donde nace la calle Bernardo de Monteagudo. Tenía
sólo 19 años cuando redactó la proclama de Chuquisaca donde
se establecía la independencia y libertad de todas las naciones de
Hispanoamérica. En elCongresoAnfictiónicodePanamápropuso
que todas las naciones hispanoamericanas se unieran tal como
lo habían hecho los estados que integraban los Estados Unidos
de Norteamérica. Llegó a Chile después de Chacabuco como
miembro de la Logia Lautarina y junto conZañartu, fue uno de
los redactores del acta de la Independencia en 1818. O’Higgins
nunca lemanifestó especial aprecio y por esto, probablemente no
le dio grandes cargos. En todo caso, en las privadísimas sesiones
de la Logia, Monteagudo se hacía oír y, al parecer, imponer su
voluntad, gracias a su talento.
SepiensaqueMonteagudodecidió lamuertedeManuelRodríguez
que ya tenía una larga historia de desencuentros conO´Higgins.
Los dos peores: su entrada a caballo a la Casa de Gobierno,
residenciadelDirector Supremo junto aotros revoltosos, gritándole
que renunciara al cargo, también la toma de poder del gobierno
después deCancharrayada cuando con laproclama “Aun tenemos
patria ciudadanos” casi desbancó del Gobierno de Santiago al
general Cruz.
1...,275,276,277,278,279,280,281,282,283,284 286,287,288,289,290,291,292,293,294,295,...313
Powered by FlippingBook