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Tercerización, privatización, convenios
Fortalecimiento del sector público
Redireccionamiento del presupuesto concentra-
do en las instituciones psiquiátricas a modalida-
des alternativas
El niño como objeto de intervenciones y diag-
nósticos
El niño como sujeto de derechos
Escuchar a un niño
Intervenciones focalizadas realizadas por pro-
fesionales, en especial psiquiatras
Protección Integral de Derechos
Trabajo interdisiciplinario e intersectorial
Modelo centrado en la enfermedad en térmi-
nos de clasificaciones psicopatológicas
Apuesta a las capacidades de los niños y niñas
Construcción de un proyecto futuro
Modelo hospitalocéntrico tradicional
Modelo de Salud Mental Comunitaria
Este cuadro muestra lógicas diferentes respecto al modo de comprender las políticas y prácticas referentes a
los cuidados en salud mental. Coloca en tensión una perspectiva de derechos vs. lógicas que llevan a la centra-
lización en la atención hospitalaria acompañado por la desjerarquización del primer nivel de atención, la foca-
lización, el avance de las privatizaciones y el desmantelamiento de lo público (restricción presupuestaria y el
desfinanciamiento progresivo de los servicios de salud); y la Protección Integral de los Derechos del Niño que
implica escuchar a un niño vs.una mirada centrada en un modelo médico-hegemónico psiquiátrico, que anula la
subjetividad y refuerza el avance de la medicalización cómo respuesta al sufrimiento.
Los Desafíos de las políticas en Salud Mental
Las políticas en salud mental se enmarcan en políticas sociales. Se sustancian en un trabajo que debería con-
vocar e involucrar la participación de diferentes áreas impulsadas a integrarse a nivel operacional y trabajar en
los niveles territoriales en Red, con el objeto de garantizar el derecho a la salud de los niños, niñas y jóvenes con
vulnerabilidad psicosocial.
Desarrollar acciones para aliviar el sufrimiento implica reconstruir el entramado colectivo, ampliando y com-
plejizando el tejido social que apoya a los niños y niñas, en un proceso que pueda revertir y poner un tope a la
tendencia a psiquiatrización y a la exclusión. Esto supone la implementación de estrategias de intervención sub-
jetivantes e inclusivas en territorio sobre la base del apoyo y respeto a la capacidad de innovación de los servicios
ya existentes, la construcción de proyectos singulares para cada niño escuchando y favoreciendo la participación
de los mismos.
En este marco, el desafío es implementar políticas de salud mental que enmarcadas en los nuevos paradigmas,
es decir orientadas más a los “cuidados integrales” de las infancias que a proveer lugares de cuidados que ofer-
tando atención especializada acaban cosificando e institucionalizando a los niños, niñas y adolescentes.
Para evitar prácticas desubjetivantes, toda política de salud mental en la niñez debería impulsar procesos de
desinstitucionalización, lo que supone la reorganización de sistemas que no han podido adecuarse a las nuevas
problemáticas psicosociales que se presentan y en los que coexisten contradictorias concepciones y representa-
ciones, (saberes y prácticas) respecto a los cuidados de salud. La solución para garantizar el derecho a la salud
mental no consiste solo en la creación de nuevos dispositivos de cuidados alternativos a la institución psiquiátri-
ca, sino en la construcción de un sistema diferente.
Los servicios de salud poseen un lugar privilegiado en tanto mediadores para alojar el sufrimiento y compren-
der como se vinculan los niños, niñas y adolescentes con sus contextos, respetando la expresión de sus deseos
personales y acompañando su trayectoria de vida. La alteridad como hecho fundante en la constitución del otro
humano puede ser pensada también en términos del encuentro de los servicios con los niños y niñas. Tratándose
de chicos frecuentemente excluidos de los sistemas educativos, estigmatizados y medicalizados, la mirada y
posicionamiento de los profesionales y/o servicios que los escuchan desempeña un papel clave en los procesos
de constitución subjetiva. Este encuentro se convierte en posibilitador de transformaciones, y puede incidir en
los procesos de estructuración psíquica en momentos tempranos de la vida, generando movimientos tendientes
a lograr una disminución del sufrimiento, y un incremento de las potencialidades propias de la infancia.