18 Ensayos Justicia Transicional, Estado de Derecho y Democracia - page 174

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el 16 de octubre; a Goering, sin embargo, se le encontró muerto ese mismo día después de
haber ingerido una cápsula de cianuro que había logrado ocultar durante el proceso.
El impacto del juicio en el público alemán es materia de debate. En una encuesta en la
que se preguntaba si creían que el nacional socialismo había sido una buena idea, aunque mal
implementada, el 53% respondió afirmativamente justo antes del juicio; a medida que el juicio
avanzaba y se conocían los crímenes, las respuestas afirmativas descendieron a un 40%. No
obstante, en 1947, las respuestas afirmativas habían recobrado el nivel que exhibían antes de
1946 y en 1948 alcanzaron un 55,5%
12
. Esta información, aunque limitada, no demuestra una
opinión entusiasta acerca del impacto del juicio en los ciudadanos alemanes.
Al juicio inicial le siguieron otros doce juicios de los aliados en Nuremberg, como
también juicios individuales que fueron llevados a cabo por cada una de las potencias de
ocupación. Posteriormente, se entregó la responsabilidad de encausar a criminales nazis a las
autoridades alemanas. Estos esfuerzos fueron de poco provecho. Las propias potencias de
ocupación enfrentaron fuertes presiones para dejar en libertad condicional a casi todos los
procesados, particularmente a los industriales que se habían beneficiado con el trabajo esclavo.
Las cortes alemanas se mostraron bastante indulgentes y extremadamente sensibles a los
aspectos legales, tales como la cosa juzgada, que impidieron encausar a aquellos que habían
sido perdonados por las cortes aliadas, o la aplicación retroactiva de la ley penal,
cuestionando la legalidad de condenar a miembros del régimen nazi en virtud de cuerpos
legales que no estaban vigentes al momento de cometerse los hechos. Los juicios internos
continuaron en Alemania hasta bien avanzados los años ’50, hasta que eventualmente decayó
todo interés por los mismos.
Sin embargo, a fines de esa década resurgió el interés por establecer las
responsabilidades de los nazis, probablemente motivado en parte por la presión que ejerció el
nuevo Estado de Israel y el renacimiento paralelo de una conciencia judía en Estados Unidos y
otros lugares del mundo. El Parlamento británico, por ejemplo, amplió los plazos de
prescripción de los crímenes de los nazis en dos oportunidades y finalmente los derogó. A
pesar de estos esfuerzos, los resultados nada tuvieron de dramáticos. Según John H. Herz, en
más de 1.000 casos que fueron llevados a proceso entre 1959 y 1969, menos de 100 de los
criminales nazis encausados recibieron condenas de cadena perpetua y menos de 300
recibieron penas de presidio menores
13
. En los siguientes doce años se dictaron 6.000
condenas, pero sólo 157 de ellas correspondieron a presidio perpetuo. A pesar de que los
jueces nazis impusieron 26.000 condenas de muerte por “crímenes” tales como contar chistes
anti nazi, ni uno solo de esos jueces fue condenado por esas funestas penas, con frecuencia
dictadas sin ninguna garantía procesal.
Hay quienes piensan que el legado del nazismo fue más que satisfactoriamente
purgado a través de reparaciones
14
. Alemania pagó cuantiosas indemnizaciones por daños
materiales y restitución de propiedad. Por otra parte, también restituyó ciudadanías, grados
12
Véase Jutta-B. Lange-Quassowski, “Coming to Terms with the Nazi Past: Schools, Media, and the Formation
of Opinion”, en John H. Herz, ed.
From Dictatorship to Democracy: Coping with the Legacies of
Authoritarianism and Totalitarianism
(Westport, Conn.: Greenwood, 1982), 97.
13
John H. Herz, “Denazification and Related Policies”,
Dictatorship to Democracy
, 20.
14
Ibíd., 21.
1...,164,165,166,167,168,169,170,171,172,173 175,176,177,178,179,180,181,182,183,184,...456
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