LA
CoMUNIDAD DEL PAciFICO EN I'ERSPECTlVA
¡
F. Orrego Vicuña
pensamos que la armonía del sistema que se logre en 'esta área sera
un factor estabilizador de gran importancia para la paz mundial.
y
para las legítimas aspiraciones de perfeccionamiento de la humani–
dad. Esta constatación que tiene las características de lo no discu–
tido requiere, sin embargo, de un juicio previo que para nosotros,
como Universidad, es indispensable formular. Se trata de considerar
los elementos de contenido que existen a nivel de los pueblos
y
que
dicen relación con las visiones que ellos tienen del hombre
y
del
mundo. En otros términos, todo proceso de comunicación implica a
lo menos algunos padrones comunes de comprensión de las aspi–
raciones
y
valores fundamentales de los individuos. No es posible
llegar a un contacto estrecho entre las distintas comunidades del
orbe si no existe una comunión de aspiraciones que se traduzcan
en otras tantas iniciativas que lleven el propósito de crear objetivos
y
tareas comunes.
En este orden de ideas nunca será bastante insistir en que la
cultura, la vida cultural, aparece como el vehículo preferente de
interconexión
y
diálogo entre las distintas visiones que se tenga
de la realidad. Por dIo pensamos que la acción universitaria que
cumpla estos roles a cabalidad, debe ser más intensa
y
tender lazos
<-ada vez más vinculantes de manera de crear niveles de r.:ferencia
común entre las distintas comunidades participantes. Las iniciati–
vas de cooperación en
el
campo de la investigación científica,
el
in–
tercambio de experiencias en la docencia universitaria, los progra–
mas de extensión cultural que permitan lltvar a todos los rincones
del ámbito internacional niveles de apreciación culta sobre las me,
todologías necesarias para enfrentar los grandes problemas que esas
comunidades tienen en el campo de la educación, de la salud, de
la defmsa del medio ambiente, ete., en fin, todo aquello que haga
de estos pueblos, una morada con puertas abiertas hacia los valores
del espíritu, será ciertamente una posibilidad de comunidad
y
.pro–
greso sobre la cual debemos establecer acuerdos definitivos. La va–
riedad de tradiciones
y
creaciones culturales que en ella coexisten
hacen de la civilización del Pacífico algo único en la historia
y
per–
miten que la comprensión de esta diversidad a la postre haga po–
sible alcanzar una unidad, puesto que las grandes civilizaciones que
comparten 'la cuenca del Pacífico
-con
justos anhelos- aspiran a
20
