DISCURSO INAUGURAL PRONUNCIADO
POR E:L RECTOR DE LA UNIVERSIDAD
DE CHILE, GENERAl..; AGUSTIN TORO DAVILA
Al inaugurar este Seminario, la Universidad de Chile está conscien–
te que le otorga plena actualidad a una tarea apasionante
y
se com–
place, al mismo tiempo, en recibir, en este hermoso pedazo de suelo
chileno, la honrosa visita de tan ilustres personalidades, que han
viajado desde Asia, Oceanía, Europa
y
las Américas, siendo portado–
res de las ideas y conocimientos, que harán posible dilucidar los ro–
les y políticas por las cuales se guien nuestras comunidades inter–
oceánicas en la búsqueda de las mejores soluciones para los tiempos
actuales. Su presencia, confiere a este Seminario especial significa–
ción
y
relevancia y, por ello e&tamos ciertos, que él marcará un hito
importantísimo en el desarrollo
y
futuro de la cooperación trans–
pacífico, nuestra esperanza es que él brindará una oportunidad
inestimable para un fecundo diálogo e intercambio de ideas, expe–
riencias y proyectos en torno al tema central del Seminario mismo.
Uno de los grandes aportes del historicismo de fines del siglo
pasado y del actual, es la idea que existe sobre la circularidad que
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observa entre lo histórico y
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sistemático. Lo primero entendido
como vida
efectivamente
vivida por los pueblos y, lo segundo, como
conceptualización y teorización de esa misma experiencia. La viven–
cia histórica perfecciona la relación de la inteligencia con los objetos
que la circundan, cambiando el conocimiento que se tiene de la
realidad a través de las épocas; esto permite el progreso humano
y
levanta nuevas concepciones del mundo que, imposibles de concebir
en otros períodos, en los nuevos resultan altamente factibles y re–
comendables. El fenómeno es característico y se produce porque la
conciencia histórica condensa la experiencia de los pueblos a los que
abre nuevas perspectivas y va ahondando cada vez más en sus con–
tenidos; su efecto más notorio es que logra, al término de cada ciclo,
un conocimiento adecuado y preciso del hombre y del mundo. Esta
mayor percepción de lo histórico se traduce en una visión más rica
de sí mismo
y
de la naturaleza y aporta, en genend, nuevos ele–
mentos para el análisis teórico de las ciencias sistemáticas. Por su
parte, este perfeccionamiento de estas ciencias profundiza el sentido
de lo histórico
y
establece distancias apreciables entre uno
y
otro
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