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fenomenológico de Heidegger, no se trata en Löwith de una filosofía sino
de una antropología, porque Löwith –al menos temáticamente– desarrolla
y pone en evidencia los fenómenos del ser en conjunto sobre la base de
ejemplos concretos de la vida diaria. Volveremos a menudo a él.
Naturalmente, S. Freud y el psicoanálisis pertenecen también a la historia
del problema de la bipersonalidad, por el motivo siguiente. La antigua psi-
cología, de cualquier orientación, era una psicología del alma individual.
La relación de un investigador con el investigado, la significación práctica
y teórica de esta relación bipersonal no fue vista en sí misma y tampoco
fue investigada suficientemente su estructura. A la inversa, se reducía la
sociopsicología a la importancia del espíritu individual, ocupándose de las
masas y los grandes grupos. Falta una teoría ordenadora que no solamente
estudie el individuo o la masa, sino tenga por objeto la díada y la tríada
como formas personales múltiples en su dinámica propia. En tal contexto,
el psicoanálisis esconde tesoros no descubiertos. En lo esencial, ha en-
tendido hace tiempo que el sujeto solamente puede ser entendido como
persona entre personas: especialmente en la teoría de la “transferencia” se
ve con claridad desde un principio que el individuo se encuentra en una
constelación de procesos de constitución y sanación junto con el Otro y,
de este modo, en conjunto con él alcanza la individuación. La situación
transferencial es además un modelo excelente para seguir la transforma-
ción de una relación múltiple diádica en una triádica. Más aún, cuando
el psicoanálisis destaca expresamente que el análisis del paciente contiene
en su esencia el autoanálisis del terapeuta indica de modo inmediato el
problema central de la bipersonalidad, esto es, la crítica de la autonomía
del sujeto. De modo consecuente, el desarrollo del psicoanálisis moderno
ha llevado a la terapia grupal y a la antropología social (especialmente en
los países anglosajones)
32
.
Cuando en los próximos capítulos se trate de fundamentar una sociología
médica desde la esencia y manifestaciones de la bipersonalidad, debería
32 Entre otros, Kardiner, A.
Psychological functions of society
. New York, 1945.
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