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El Paracaídas / Nº 7 mayo 2015

Quizás no, pero el manejo del caso

Caval lo ha dañado...

- Sí, dañó mucho al gobierno en un

momento en que estaba subiendo en

aspectos estratégicos de su programa.

Por ejemplo, la Ley de Inclusión pro-

ducirá una reforma signi!cativa del

sistema escolar, además del Acuerdo

de Unión Civil y el !n del sistema bi-

nominal. O sea, el gobierno había ad-

quirido un ritmo para tener cierto op-

timismo y justo aparece este asunto de

Caval. No creo que haya aparecido de

manera casual.

¿Cree que fue una operación política o

fue sólo una coincidencia?

- No suelo creer en coincidencias. Cuan-

do uno habla de una operación política,

las personas se imaginan una confabula-

ción de muchos operadores en una pieza

oscura fumando cigarrillos. No lo pienso

así, pero no fue casual el momento en

que brota el caso

Caval.De

todos modos,

da lo mismo, porque el problema surgió

y afectó a la Presidenta. Ella todavía no

sabe muy bien cómo salir de este asunto.

En este contexto de debilidad políti-

ca, desde algunos sectores se ha pro-

puesto incluso adelantar las eleccio-

nes parlamentarias...

- La crisis actual no tiene que ver sola-

mente con Soquimich, Caval o Penta.

Hay una deslegitimación progresiva del

sistema político. Entonces, la crisis de

hoy tiene dos dimensiones que vienen

desde mucho antes. Primero, el descrédi-

to del sistema político, porque es incapaz

de procesar las demandas ciudadanas al

estar neutralizado por el problema cons-

titucional. Segundo, esta relación entre

dinero y política es otra fuente de des-

legitimación. Por lo tanto, adelantar las

elecciones sería interpretar que el único

problema es el segundo y que no hay un

problema como el primero. Sería, sim-

plemente, una forma de negación.

Recientemente, el Programa de Na-

ciones Unidas para el Desarrollo pu-

blicó un nuevo informe sobre desarro-

llo humano y una de las conclusiones

es que la sociedad chilena se ha poli-

tizado en los últimos años ¿Es posible

a!rmar que el país se ha re-politizado?

- Efectivamente. Este proceso está ocu-

rriendo desde el movimiento estudiantil

del 2006 y se profundizó el 2011. Ese

año, la politización fue prácticamente

automática, al !nal todo el mundo te-

nía una opinión sobre la educación en

Chile. Además, irrumpió la demanda

por una nueva Constitución. Todo está

relacionado. Hay un proceso político de

articulación de demandas sociales que

puede llegar mucho más allá. Por ejem-

plo, el movimiento de 2011 comenzó

por algunas quejas relativas al pase es-

colar, pero no fue un movimiento social

por el pase escolar. Fue por la educa-

ción superior, pero en realidad fue por

la educación como derecho social. Y el

paso siguiente fue por una nueva com-

prensión de los ciudadanos en el espacio

público. Eso es acumulación política.

“El poder del dinero es el más fáctico de

todos y ha hecho de las suyas en la política”

vierte esa in"uencia que usted señala

en la esfera pública?

- Una manera de verla es a través de

la legislación. Tenemos una ley que

regula el gasto electoral, pero en rea-

lidad esta legislación nunca pretendió

someter a los poderes fácticos. O sea,

esta ley no se dictó para cambiar la

forma de !nanciar las campañas po-

líticas, sino simplemente para poder

decir que las campañas políticas es-

taban reguladas. No se dictó para ser

cumplida ni para cambiar la realidad

del !nanciamiento político en Chile.

De hecho, esta ley no tiene mecanis-

mos de !scalización. Lo mismo se

puede observar en educación con el

cambio desde la LOCE a la LGE.

La LOCE se derogó solamente para

decir que se había derogado esta ley

constitucional de enseñanza, pero las

cuestiones que estaban realmente en

juego en las discusiones educacionales

de 2006 no se modi!caron con la Ley

General de Educación.

Una de las críticas comunes hacia el go-

bierno deMichelleBachelet es que care-

ce de liderazgo político para, por ejem-

plo, controlar a esos poderes fácticos...

- No sé si liderazgo es el concepto pre-

ciso. La palabra liderazgo abunda en

los currículos de las escuelas de nego-

cios. Se supone que uno aprende a ser

líder a través de pruebas de liderazgo

en esas escuelas. Entonces, no sé si

liderazgo es la palabra adecuada para

analizar hoy al gobierno.