

su administración y las posibilidades de
que una parte de este porcentaje se quede
en la capitalización individual.
Adicionalmente, se discute sobre la creación
de la AFP estatal, reiterada por Bachelet el 9
de agosto. También se opina en las cúpulas
políticas y empresariales acerca del impacto
del control sobre las comisiones ocultas de
las administradoras privadas. Y se instala
como gran tema, con perfume a amenaza,
el carácter de “impuesto al trabajo” que va
a tener el 5% con cargo al empleador y su
impacto en el empleo y en la inflación.
La crisis de las pensiones es el gran tema de
hoy. Se discute en consejos de ministros,
desde donde trascienden las diferencias en-
tre la Ministra del Trabajo, Ximena Rincón,
que aboga por un fondo solidario para re-
caudar y redistribuir el 5%, y sus colegas de
Hacienda, Rodrigo Valdés, y de la Presiden-
cia, Nicolás Eyzaguirre, proclives a la capita-
lización individual. El presidente del Banco
Central, Rodrigo Vergara, sale también a la
cancha y sintoniza con Valdés y Eyzaguirre.
La Presidenta Bachelet conversa sobre las
reformas al sistema de pensiones con la
Confederación de la Producción y el Co-
mercio. Los ministros, a su vez, se reúnen
con los ejecutivos de las AFP y desde el Go-
bierno, el Congreso y los partidos comien-
zan a tirar líneas sobre la implementación
de las reformas en el marco del “gran pacto
nacional” planteado por la Mandataria. El
test electoral de las municipales de octubre,
así como el lanzamiento de la carrera presi-
dencial el próximo año, gatillan una cierta
urgencia que llama a tener definiciones de
aquí a diciembre, lo cual ratifica que este
es un “tema país”, como le gusta decir a
los políticos, aunque no se esté resolviendo
precisamente de cara a todos los chilenos.
Porque resulta sintomática la virtual exclu-
sión entre los interlocutores del Gobierno
de las voces disonantes. El dirigente sindi-
cal Luis Mesina, principal activista del mo-
vimiento “No + AFP”, convocante de las
marchas del 24 de julio y del 21 de agosto,
no es invitado a La Moneda y está práctica-
mente excluido de los medios, luego de sus
sólidas intervenciones en foros televisivos
que dejaron mal parados a más de algún
analista y periodista, en particular su pre-
sentación en el programa “Mejor hablar de
ciertas cosas” de TVN del 31 de julio.
Tampoco la gran prensa ha dado un trato
equitativo a los planteamientos díscolos
dentro de la coalición gubernamental, como
los del ex senador democratacristiano Ricar-
doHormazábal, quien dijo que los anuncios
presidenciales sobre las pensiones fueron
“mucha paja y poco trigo”. Tampoco se
da tribuna frecuente al economista Manuel
Riesco, director del Centro de Estudios Na-
cionales de Desarrollo Alternativo (Cenda),
afín al Partido Comunista, que ha elaborado
numerosos informes sobre el carácter regre-
sivo del sistema de jubilaciones.
¿Dónde está el piloto?
El programa de la Nueva Mayoría se hacía
cargo del problema de las pensiones, pero
tras el informe de la Comisión Bravo, que
sesionó durante 16 meses entre abril de
2014 y julio de 2015, el Gobierno se con-
centró en otras materias consideradas más
urgentes, entre otras la gratuidad universi-
taria y la desaceleración económica, presio-
nado a la vez por los malos resultados en las
encuestas de popularidad y aprobación a la
gestión del Ejecutivo.
Se llegó a decir que la resolución de la crisis
de las pensiones quedaba como tarea para el
próximo gobierno. Pero al margen del buen
o mal orden de prioridades, el problema es-
taba ahí, como una bomba de tiempo o, si
se quiere, como un acumulado de rocas y
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Nº2 2016 / P.P.