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de estudio de casos puede ser una importante herramienta para explorar

cómo el poder se distribuye, y para documentar las luchas en curso y las

antiguas líneas de división (Comaroff yRoberts, 1981). La Ley puede ser

una importante herramienta de dominación, pero también es una herra-

mienta que los dominados y oprimidos pueden utilizar para limitar los abu-

sos de los poderosos.

Recoger casos también puede ser usado para analizar la interacción

entre pueblos indígenas y los gobiernos coloniales o estatales que recla-

man poder sobre ellos. Por ejemplo, los archivos históricos de casos pue-

den revelar cambios en el tiempo en las estrategias de los pueblos domi-

nados y de quienes los dominan (Merry, 2000). Y las colecciones de los

casos actuales pueden proporcionar pruebas para explorar cómo los di-

ferentes grupos usan el popular discurso de los derechos humanos e indí-

genas (Goodale, 2002). Muchos líderes indígenas están invocando los

derechos humanos para argumentar que los grupos indígenas son "pue-

blos" que deben disfrutar de su derecho humano a la "autodeterminación".

EnChiapas, como enmuchas partes del mundo, los líderes indígenas sos-

tienen que los grupos indígenas deberían tener derecho a practicar sus

"usos y costumbres" propios sin la interferencia estatal. Mi investigación

reveló, sin embargo, que el discurso de derechos humanos también puede

ser usado por los funcionarios del Estado para frustrar las aspiraciones de

los pueblos indígenas. Los funcionarios estatales en Chiapas han estado

dispuestos a usar el discurso de los derechos humanos para limitar la au-

tonomía indígena debido a que algunos "usos y costumbres" violan, en los

hechos, la letra -pero no el espíritu- de las leyes sobre derechos humanos.

Como resultado, los funcionarios estatales han justificado el encarcela-

miento de autoridades indígenas acusándolos de haber violado los dere-

choshumanos individualesde litigantesparticulares (SpeedyCollier, 2000).

No es de extrañar, por lo tanto, que los jueces zinacantecos que observé

en la década de los ‘90 se encargaran de asegurar que en las actas se

estipulara que los litigantes habían alcanzado un "acuerdo amistoso" (in-

cluso si la declaración era falsa).