Transparencia, lucha contra la corrupción y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos - page 78

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Cabría entonces preguntarse si las diferencias ideológicas son un asunto superado, o bien si
valdría la pena tener una discusión sobre cuál sería el rol que le cabría a las ideas políticas que
inspiraron ambas agendas al momento de comenzar a trabajar de forma conjunta. Los derechos
humanos o la idea de transparencia son cuestiones que muchas veces se abordan desde una
idea de neutralidad política, y esto facilitaría su difusión en contextos diversos, así como podría
facilitar el diálogo entre ambas. Pero también podría pensarse en otras posturas que abogarían
por reivindicar estas ideas desde una perspectiva más politizada, y no como cuestiones neutras
que son independientes de la organización política o del régimen económico de los Estados.
Falta de conocimiento
b)
Un segundo obstáculo en el establecimiento de la conexión entre el SIDH y la transparencia y
lucha contra la corrupción que fue enfatizado una y otra vez por los/as especialistas, dice relación
con la falta de conocimiento de cada uno de estos aspectos y de su relación por parte de diversos
actores.
Por un lado, las organizaciones de transparencia plantearon desconocer las herramientas del
sistema interamericano, y esto “explicaría que no se esté usando”.
Por otro lado, “quienes trabajan en el campo de derechos humanos, y sobre todo quienes litigan
casos ante el sistema interamericano, no trabajan en el campo de la lucha contra la corrupción, y
por ello suelen tener una mirada bastante sesgada de la problemática de la corrupción”.
Esto tendría por consecuencia que “con frecuencia, funcionarios públicos y ciudadanos no
relacionan directamente corrupción con violación de derechos humanos”.
Esta falta de conocimiento se relaciona también con el hecho que no solo los ciudadanos y
funcionarios no se percatan de la relación entre ambos fenómenos, sino que no tienen instrumentos
suficientes para analizar cada uno de los fenómenos separadamente. Por ejemplo, uno de los
expertos se refirió a la poca utilización de las herramientas del SIDH en general, y a la “falta de
cultura de derechos humano, justificada por la educación jurídica aún muy técnica y dogmática,
por no decir conservadora”. Lo mismo podría decirse de una falta de cultura de la transparencia y
de la rendición de cuentas en nuestra región.
Perspectivas reduccionistas
c)
Otro obstáculo, vinculado al anterior, dice relación con la existencia de perspectivas reduccionistas
en la conceptualización tanto de los actos de corrupción como de las violaciones a los derechos
humanos. Estos problemas, se darían ya no tanto a nivel de discusión pública y de sociedad
civil, sino en los ambientes jurídicos más técnicos. Así, se podría temer que al interior de los
organismos del SIDH existiera una “perspectiva de abordaje […de los] actos corruptos como
cualquier otro acto de mal gobierno”. Así, como menciona otro experto, habría “una larga tradición
de las organizaciones de derechos humanos de relacionar la causas de violaciones de derechos
humanos con acciones y omisiones de los Estados que no se relacionan directamente con la
corrupción, o por lo menos la corrupción no es la principal causa de la violación”. Esto haría más
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